El exhorto fue hecho ayer por el presidente interino, Alvaro García, en la localidad de Warisata, en el altiplano andino del norte de La Paz.
La convocatoria fue lanzada en la conmemoración del tercer aniversario de las primeras seis muertes de la matanza con la que el entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada trató en vano de sofocar una protesta social.
García, quien años atrás integró un grupo armado indigenista con influencia en la zona, dijo que los labriegos deben estar atentos y listos para cuando sean convocados a luchar por la defensa de los hidrocarburos.
Si es necesario salir otra vez a la lucha lo haremos 50, 60 veces más y que oigan algunas petroleras que han saqueado el país, que oigan algunos especuladores, algunos políticos criminales, expresó el vicepresidente.
Subrayó que el territorio de Omasuyos, del que forma parte Warisata, «está de pie y defenderá con su pecho, con su mano, con la piedra (…) con el (fusil) máuser, esta revolución, estos cambios y a este gobierno revolucionario».
«La lucha no ha terminado, estén atentos, la lucha debe seguir, estén atentos a una convocatoria, para, inmediatamente, como guerreros de la liberación indígena, ir donde nos convoquen, conduciendo a todo el movimiento indígena , aseveró.
Dijo que los indígenas aymaras de Omasuyos deben asistir a un encuentro originario latinoamericano a realizarse el 12 de octubre en La Paz, y apuntó que podrán ser convocados a la defensa popular del gobierno y de la patria, antes o después de esa fecha.
La convocatoria fue hecha en medio de diversos conflictos sociales y presiones de fuerzas conservadoras, regionales y políticas, para que la Asamblea Constituyente sólo tome decisiones por dos tercios de votos, lo que puede empantanarla.
«Los ponchos (ruanas) rojos -atuendo guerrero de los aymaras de la zona- deben estar firmes para defender al gobierno aymara, a la patria Bolivia, que es para todos», añadió García.
Recordó que la matanza del 19 de septiembre de 2003 en Warisata inició la llamada guerra del gas, rebelión social que demandó la nacionalización de ese recurso y ante la cual, tras una represión con 67 muertos, dimitió Sánchez de Lozada el 17 de octubre de ese año.
Agregó que esas muertes no fueron en vano, pues su fruto fue el actual gobierno del presidente Evo Morales, que no permitirá que se arrebate sus riquezas a los bolivianos.
Señaló que la nacionalización de los hidrocarburos decretada el 1 de mayo es una conquista del pueblo que deberá ser defendida como en la Guerra del Chaco, del siglo pasado contra Paraguay, en la cual cayeron unos 50 mil bolivianos, en su mayoría indígenas.
García agregó que el «poncho rojo», como significado de lucha, debe seguir siendo utilizado para lograr el control del poder político económico y cultural.
Destacó que las luchas sociales hicieron retroceder a los ex presidentes Hugo Bánzer (1997-2001), Jorge Quiroga (2001-02) y Sánchez de Lozada (2002-03) «y aquí haremos retroceder a quien se ponga contra este gobierno del pueblo indígena».
Hay que seguir peleando y movilizándonos para garantizar la Asamblea Constituyente, la nacionalización de los hidrocarburos, el enjuiciamiento de Sánchez de Lozada -cobijado en Estados Unidos- por genocidio , y la redistribución de tierras, puntualizó.
El discurso de García recibió inmediatos ataques opositores, entre ellos el del diputado Peter Maldonado, del grupo Unidad Nacional y quien dijo que el vicepresidente exacerbó los ánimos y diseñó un mal escenario para negociar con las transnacionales.
El gobierno negocia con esas compañías para que firmen nuevos contratos de operación acordes con la nacionalización y la preeminencia de la empresa estatal de hidrocarburos.
Sin embargo, el diputado Gustavo Torrico, del MAS, apoyó el llamado del presidente interino para la defensa de este recurso.
La Paz, 21 de septiembre 2006
Prensa Latina , 0, 92, 11