Algunos sectores de la derecha han reiniciado una sórdida campaña comunicacional para descalificar, de alguna manera, el esfuerzo sincero que hace la mandataria para que a la brevedad se resuelvan estos actos reñidos con la conducta sana y aceptable de un empleado público.
El senador Flores tiene razón en su diagnóstico sobre el grave problema de la corrupción, plantea que; todo ciudadano se debe a la Patria en que está integrado. Tal vez sea profesional y toda profesión implica un servicio. No prestar el debido servicio es un grado de corrupción y, agrega que nos falta a todos una mayor responsabilidad colectiva. Nos falta esa mayor seriedad y responsabilidad para la tarea bien hecha que mencionó en cierta ocasión la propia Presidenta al iniciar su mandato.
En conformidad a estos criterios, la virtud contraria a la corrupción es la lealtad con los compromisos sociales adquiridos. Vemos una dificultad que puede atentar contra la lealtad social que nos corresponde como sociedad. Y es la inequidad tan marcada en nuestro país. Hay multitud de chilenos que sienten que el país no ha sido justo con ellos. Esta situación puede extenderse a funcionarios públicos que sienten que no son bien pagados. Lo grave aquí es que la situación de injusticia es la mayoría de las veces real.
Entonces, cultivemos entre nosotros esa noble indignación que ha de suscitarse frente a todos esos aprovechamientos que redundan en corrupción en todas sus formas. Se ha de poner mucho más cuidado -como lo indica la ética pública- en el uso del dinero fiscal que va en beneficio de la ciudadanía, porque está en juego la buena gestión, la probidad y el principio del bien común. Este debería ser el norte y modus operandi permanente de los militantes de los partidos políticos y, en primer lugar, de sus dirigentes.
Se ha de reconocer también que la Presidenta Bachelet ha manifestado en forma reiterada su indignación y rechazo ante estos hechos inaceptables y quiere desterrar el mal hábito del clientelismo y favoritismoque se ha instalado con mayor o menor grado en las diferentes instancias de la Concertación. Esto, en plena sintonía con lo que públicamente expresa con no poca ira una mayoría ciudadana. Este claro proceder lo ha confirmado ahora la diputada Carolina Tohá al salir de una entrevista en La Moneda horas antes de que la Presidenta abandone el país hacia la Conferencia de la Apec.
Ante este cuadro, es impropia y absurda la postura asumida por la UDI al oponerse a todo lo que plantea la mandataria sobre el tema corrupción y otros. Opiniones de expertos en el tema, por ejemplo, indican que la iniciativa presidencial de constituir una Comisión especial -no secreta-, ayudará indudablemente a plantear soluciones de fondo y con proyección en el tiempo para que el país, lentamente, asuma que actos de corrupción no sólo son condenables, sino que son inmorales y delictuales sin más y, en consecuencia cada caso debe ir a los Tribunales y, estos, fallar en estricto apego a la ley.
También, hemos de reconocer más allá de las legítimas posturas políticas de cada cual que son propias de un estado democrático que, Michelle Bachelet hasta ahora, predica con el ejemplo. Basta ver, su altura de miras y criterio político amplio al llamar a la Comisión especial anti corrupción a los académicos Enrique Barros, Davor Harasic y Sebastián Valdés , entre otras personalidades académicas. Vemos esta señal como una buena prueba de su pluralismo y prudencia alejada de toda soberbia.
Esta praxis es muy diferente al proceder de los obsecados personeros de la UDI, que en forma temeraria atacan al adversario político con argumentos muchas veces no comprobados o, en un contexto de dudosa credibilidad, olvidando con una ligereza imprudente que esta derecha heredera de Pinochet tiene, sin duda, tejado de vidrio en el tema corrupción, negocios ilícitos y otros. La Presidenta, con sabiduría y serenidad prefiere consultar con expertos en diferentes materias antes de emitir una opinión. Esta actitud y estilo nos parecen que es en verdad predicar con el ejemplo para bien de Chile.
Por: Jaime Escobar. El autor es Teólogo. Editor de la Revista reflexión y Liberación y Editor de Iglesia en Crónica Digital.
Santiago de Chile, 14 de noviembre 2006
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