El Cairo. Esporádicos lapsos de calma, seguidos de erupciones de violencia, signan hoy el panorama egipcio, marcado por violentas protestas políticas y sociales.
Los combates entre policías y manifestantes en esta capital y las ciudades de Port Said, Alejandría y Suez, en el delta del río Nilo, al norte, han dejado un saldo de 33 muertes, dos de ellos militares, y cerca de medio millar de heridos desde el viernes pasado.
Esta madrugada manifestantes airados combatían con los uniformados en las calles aledañas a los edificios del Congreso y la sede del Ministerio del Interior.
El mayor número de víctimas fatales de los choques entre policías y protestantes, 32, se registra en Port Said; otra persona murió aquí la víspera por el impacto de un perdigón en el pecho, según fuentes hospitalarias.
La gravedad de la situación compulsó al presidente Mohamed Morsi a convocar anoche una reunión del Consejo de Defensa Nacional en la cual se mencionó la posibilidad de imponer el toque de queda en las provincias septentrionales escenario de choques, según el ministro de Información Salah Abdel Maksoud.
Los manifestantes en Port Said protestan contra la condena a la pena máxima de 21 de los 73 encartados en el proceso por la muerte de 74 personas al final de un partido de fútbol en esa ciudad a principios del año pasado; los restantes serán juzgados el próximo 9 de marzo.
Los abogados defensores dijeron que el fallo responde a la necesidad de evitar el aumento de la violencia en esta capital y otras localidades tras las protestas antigubernamentales del viernes pasado.
Ese día una marea de cientos de miles de personas invadió la céntrica Plaza Tahrir de esta capital y las calle de otras ciudades para demandar la anulación de la recién promulgada Carta Magna y la formación de un gobierno de coalición.
En el centro de la pugna está la negativa de sectores sociales y partidos laicos a aceptar la hegemonía política de la Hermandad Musulmana, de la cual es miembro el presidente
Santiago de Chile 27 de enero 2013
Crónica Digital