Los cuatro jefes de Estado de la Alianza del Pacífico acordaron hoy en México continuar el trabajo en materia de libre movimiento de bienes, servicios, capitales y personas dentro del controvertido bloque comercial.
Durante la IX cumbre de la iniciativa, considerada por diversos sectores como contraria al proceso de integración latinoamericana y caribeña, los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos; Chile, Michel Bachelet; Perú, Ollanta Humala; y México, Enrique Peña Nieto, expresaron la intención de profundizar el mecanismo.
Al intervenir en la reunión, Bachelet insistió en la importancia de sostener un diálogo con el Mercado Común del Sur (Mercosur), y aunque se fijó una reunión ministerial exploratoria sobre el tema para julio próximo, los demás dignatarios no hicieron alusión al tema.
Nos parece que más allá de las legítimas diferencias, es posible un acuerdo entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur, expresó la presidenta en el encuentro que tuvo como sede al balneario de Punta Mita, en el estado de Nayarit.
Como parte de la cita, los países miembros convinieron en identificar nuevas áreas de trabajo como la minería, la integración turística, el transporte aéreo, el rol de la mujer y el impulso a las pequeñas empresas.
En una declaración conjunta resaltaron la importancia del bloque a nivel continental, pero diversos foros regionales ven en él la influencia de Estados Unidos y un intento por resucitar el Área de Libre Comercio de las Américas, promovida por la Casa Blanca y sepultada en 2005 en la Cumbre de Mar del Plata, Argentina.
Según el mandatario anfitrión, es momento para estas cuatro naciones de entrar a una segunda etapa de desarrollo, y apuntó que están abiertos para que otros países eventualmente puedan ser miembros de la alianza a partir de los principios que comparten.
Sin embargo, varios jefes de Estado del continente han rechazado la iniciativa y ven en ella una visión neoliberal y de libre comercio alineada con los intereses de Washington.
Así lo consideró el pasado año el Foro de Sao Paulo, que en su documento final la denunció como una tentativa de fracturar la integración regional, inspirada por potencias extra-regionales.
En tanto, los gobiernos que integran la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, durante una cumbre celebrada en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, cuestionaron que la liberalización promovida por el mecanismo implica que servicios básicos serán un negocio privado y no un derecho humano.
México, 21 de junio 2014
Crónica Digital / PL