Algunos dicen que es un proceso normal, otros desbarran de la actitud de la mandataria y la mayoría cuenta las horas para conocer el nuevo gabinete ministerial de Chile.
Un suspenso realmente poco usual en política, porque las remociones de ministros son habituales en el mundo entero, pero hacer el anuncio de los cambios en una entrevista televisiva y dar un plazo de 72 horas nadie se lo esperaba.
Bajo esas premisas, Chile aguarda por la presidenta de la República, Michelle Bachelet, para saber quiénes la acompañarán en los próximos meses o los casi tres años que le restan en el Palacio de La Moneda.
Las apuestas están divididas en la gran legión de analistas, expertos y periodistas en cuanto a los tiempos. Unos creen que al cierre de este viernes, Bachelet adelantará el anuncio, otros se inclinan por el fin de semana.
Nuestros compatriotas esperan que los dirigentes y empresarios estemos a la altura de los nuevos tiempos y que aportemos a la obra común de construir el país unido, dijo la mandataria la víspera en un foro de la construcción.
La jefa de Estado subrayó la importancia del diálogo, «pero por sobre todo que se rige por los más altos estándares éticos y legales».
Resumía así, lacónicamente, la crisis que la ha perseguido en los últimos meses. Primero con las salpicadas indirectas que llegaron con los casos Penta y SQM, grandes empresas acusadas de alimentar ilícitamente financiamiento a la política.
Luego en febrero pasado, cuando disfrutada de sus vacaciones, con el escándalo en torno a su hijo y su nuera, implicados en un negocio inmobiliario sobre el cual pesan presuntamente tráfico de influencias y conflicto de intereses.
Empero, pese a su determinación de deslindar la política de los negocios con la creación de un Consejo Asesor Presidencial, que emitió un paquete de 236 medidas anticorrupción, Bachelet no ha tenido tregua y su popularidad cayó en picada.
Estamos convencidos de que la legitimidad y la confianza ciudadana que obtendremos con ello será el mejor ambiente para la democracia y el crecimiento económico al que todos aspiramos, adelantó la dignataria recientemente.
Tampoco le ha sido fácil la convivencia con su segundo al mando, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, quien no ha convencido a la opinión pública al intentar aclarar la recepción de honorarios procedentes de empresas en el ojo del huracán.
Los señalamientos a Peñailillo en los casos investigados en plena campaña electoral en 2013, fragilizaron su figura y muchos observadores piensan que será la principal víctima en los cambios del gabinete ministerial.
Ayer, el canciller de Chile, Heraldo Muñoz, fue ratificado al frente de la cartera de exteriores, mientras el resto de los ministros siguen en funciones, aunque pendientes del dictamen final de la gobernante.
La presidenta tiene muy buena evaluación del desempeño de Heraldo Muñoz y, en particular, de su rol en la coordinación del equipo que representa a Chile ante la Corte internacional de La Haya. Por ello, lo ha ratificado, dijo una fuente oficial.
El ministro de Gobierno y portavoz, Alvaro Elizalde hizo estas declaraciones en la entrada del Palacio de La Moneda respecto al jefe de la diplomacia de Chile, quien se encuentra actualmente en Europa.
Elizalde puntualizó que en todo caso, mientras la mandataria «no informe la composición del nuevo gabinete, todos los ministros nos mantenemos en funciones trabajando como siempre con absoluta lealtad con la presidenta y el país».
Los partidos políticos que forman parte de la Nueva Mayoría, con sus matices, manifestaron el respaldo total a la iniciativa de Bachelet y seguramente están siendo consultados para la remoción que se avecina. No se trata únicamente de nombres, sino de compromisos establecidos con la coalición de Gobierno, que obligará a la presidenta a diseñar su consejo de ministros con el equilibrio requerido de cada miembro de la Nueva Mayoría.
Por Fausto Triana, corresponsal de pl
Santiago de Chile, 8 de mayo 2015
Crónica Digital /PL