Antes, una espesa neblina hacía intocables a la poderosa FIFA y a su presidente Joseph Blatter, pese a numerosas sospechas de corrupción, hoy pasó la página y una nueva historia apenas comienza.
La esperada reelección de Blatter, después de 17 años al frente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) para un nuevo mandato no fue en realidad sorpresiva. Aferrado al trono, salió airoso en tiempos de turbulencias.
El miércoles, 17 personas directa o indirectamente vinculadas a la FIFA recibieron orden de arresto, acusadas de corrupción y sobornos. También quedaron en tela de juicio varias federaciones nacionales y la organización de torneos internacionales.
Chile, muy crítico con lo ocurrido, se fue por la tangente y aplaudió la elección del paraguayo Juan Ángel Napout, entronizado vicepresidente de la FIFA, como potencial salvador de los manejos sudamericanos con el balompié.
Napout, un empresario de 57 años, es el máximo dirigente de la Conmebol, la confederación subregional, y según algunos comentaristas y expertos chilenos, tendrá la tarea de poner orden en la casa.
La pregunta, sin embargo, va más allá. Puede que la labor de Napout llegue a ser eficiente si cuenta con el concurso de una verdadera transparencia, en esta danza de los millones en que se ha convertir el más popular de los deportes.
Igual que a Sudamérica, los elementos corrosivos se implantaron a lo largo de otras zonas del orbe y la propia votación contundente favorable a Blatter, 133 a 73, demuestra cómo andan los compromisos.
En Chile, no obstante, subsiste la preocupación ante la inminente realización de la Copa América del 11 de junio al 4 de julio, y los hipotéticos manejos del mandamás del balompié local, Sergio Jadue.
Harold Mayne-Nicholls antiguo miembro de la FIFA y ex presidente del fútbol chileno, volvió a tomar la palabra en tono crítico, para afirmar que si él estuviera en el lugar de Jadue, preferiría dar un paso al costado para defenderse.
Ante la sospecha de turbios manejos en los contratos por los derechos de transmisión de la Copa América, Mayne-Nicholls, quien antecedió a Jadue en el cargo, sostuvo que nunca firmó un documento de ese tipo de cara al torneo continental.
Esta es una parte del famoso iceberg que se antoja más bien como una bola de nieve en franco crecimiento.
La Fiscal General de Estados Unidos, Loretta Lynch, estimó que los beneficios de los imputados
ascendieron a alrededor de 150 millones de dólares y no descartó más arrestos por corrupción y sobornos (hay 17 acusados).
Asimismo, las autoridades estadounidenses que llevan el caso FIFA prometieron profundizar en las investigaciones y prácticamente dieron por sentado que surgirán nuevas vertiendas escandalosos.
Un prontuario delictivo construido en 24 años que confirma el largo brazo de la FIFA, que hasta ahora había transitado sin grandes contratiempos con patrocinios multimillonarios, costos de entradas a estadios y las codiciadas sedes de los eventos.
La ratificación de Blatter por otros cuatro años al comando de la FIFA no le garantizará tranquilidad. Viejo zorro, se opuso fervientemente al aplazamiento de las elecciones a sabiendas que el tiempo era su peor enemigo.
No escatimó apoyos de las más disímiles maneras, según revelan periodistas que siguieron atentamente las movidas en Zurich, Suiza. Y siguió jugando al papel de damnificado y al mismo tiempo, de figura vertical capaz de arreglar el entuerto.
Empero, ya la Caja de Pandora dejó escapar muchos elementos después de abrirse y aunque queda la esperanza del espíritu de Elpis, no son muchas las apuestas que favorecen a un futuro sin terremotos para la FIFA de Blatter.
Al menos el destape servirá para contener las ambiciones desmedidas de quienes se sirven de los deportistas para engrosar arcas multimillonarias.
Por FT
Santiago de Chile, 31 de mayo 2015
Crónica Digital