Decenas de miles de chilenos participaron ayer en la tradicional romería para conmemorar el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973, con un sentido homenaje a las víctimas.
Junto con la condena unánime a los crímenes de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), fueron enarboladas consignas por el Nunca Más, Justicia y Verdad, y de rechazo a los desmanes atizados desde las fuerzas de derecha en Chile.
Las diputadas Maya Fernández, socialista nieta de Salvador Allende; Camila Vallejo y Karol Cariola, comunistas, líderes estudiantiles, sindicales y de profesores se sumaron al extenso recorrido por esta capital.
Por primera ocasión, la marcha pasó por el Palacio de La Moneda, bombardeado por las fuerzas pinochetistas en 1973 y donde murieron el presidente Salvador Allende, y 38 de sus colaboradores.
Con satisfacción, fue recibida también la noticia del tributo especial que rindió el cantautor Joan Manuel Serrat en el Ayuntamiento de Barcelona a Allende y a los caídos a manos de la junta militar pinochetista.
En el trayecto, los manifestantes exigieron el cierre de la cárcel de Punta Peuco, donde ex militares de la dictadura purgan largas condenas por sus asesinatos y torturas, y, sin embargo, goza de numerosos privilegios.
Agrupaciones de derechos humanos y de detenidos desaparecidos tuvieron igualmente protagonismo en la caminata que tocó igualmente el Cementerio General, donde reposan los restos de Allende.
La presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), Lorena Pizarro, reiteró que deben terminar los pactos de silencio yChile debe adelantar hasta sus últimas consecuencias procesos contra ex militares de Pinochet.
Pizarro, lo mismo que todos los manifestantes, expresaron indignación por actitudes de políticos de derecha en la actualidad en el país austral, capaces de defender a la dictadura y llamar «héroes» a los presos de Punta Peuco.
De todos modos, resaltó que la reapertura del Caso Quemados, cuando en 1986 agentes de Pinochet incineraron a dos jóvenes con la muerte de uno de ellos y graves heridas a la otra persona, volvió a poner en primer plano las atrocidades de la dictadura.
El fallecimiento del ex general Manuel Contreras, mano derecha de Pinochet, y del ex coronel Marcelo Moren Brito, un criminal desalmado, ambos por causas naturales, dejó la sensación de que aún falta mucho por hacer.
Aunque ambos cumplían largas penas, disfrutaron de las prebendas que ofrece Punta Peuca, señaló Pizarro a la prensa. No puede persistir el perdón y olvido, porque el dolor que causaron a Chile fue enorme, acotó.
La voz de Allende salida de altoparlantes, tambores, danzas alegóricas, lágrimas y rostros marcados por la tristeza, dominaron el recorrido, que concluyó con pequeños focos de enfrentamientos entre encapuchados y la policía.
Otra noticia relevante fue el hecho de que los familiares de torturados y desaparecidos en el enclave alemán de Colonia Dignidad fueron autorizados por primera vez a visitar la fosa donde deben encontrarse los restos mortales de sus seres queridos.
Se trata del lugar en Colonia Dignidad donde la justicia chilena determinó que se inhumaron y exhumaron ilegalmente a opositores a la dictadura de Pinochet.
Un homenaje íntimo y privado se efectuó en el sitio en el cual se encontraban la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, acompañada de familiares de desaparecidos y ejecutados políticos de Talca, Parral, Linares y San Javier.
Además de dar lectura a los nombres de los asesinados, los participantes en la velada caminaron por lugares donde se aplicaron las torturas y del sistema criminal impuesto por los germanos a cargo del centro en apoyo a la dictadura.
Ajeno a las leyes chilenas y sin control aparente, un ex integrante de las SS alemanas llamado Paul Schaefer, fue el jefe por más de 30 años Colonia Dignidad. Fue sentenciado en 2002 por pedofilia y murió en la cárcel.
Santiago de Chile, 14 de septiembre 2015
Crónica Digital / PL