La democracia brasileña vive hoy horas decisivas y de eso hablan los acontecimientos de las últimas horas, cuando se manifestó una obscena sintonía entre medios de prensa y la policía partidarizada, alertó en un llamamiento el Foro 21.
Espacio ecuménico de aglutinación de la intelectualidad nacional, el Foro repudió la conducción coercitiva de que fue víctima la víspera el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien -dijo- permaneció durante horas prácticamente secuestrado.
El pudor y las apariencias fueron sacrificados en nombre de lo que realmente importa: la cacería implacable de Lula, a quien consideran un estorbo en las pretensiones de restauración del proyecto neoliberal preconizado por los grandes capitales nacional y extranjero, acotó.
En su petición pública en defensa de la democracia, Foro 21 advirtió también que los pilares erguidos desde el año 2003 en la construcción de un puente social que garantice el acceso de todos los brasileños a iguales derechos están siendo demolidos.
Estamos en el umbral de decisiones cruciales en la vida de la nación, señala el manifiesto, que insta a la intelectualidad a resistir el golpe para construir un Brasil más justo y soberano.
Por su parte, y en un editorial publicado hoy, el servicio informativo Brasil 247 subrayó que el golpe no es contra Lula o contra la presidenta Dilma Rousseff, sino contra los 54,3 millones de votantes que la eligieron en unos comicios libres y limpios y contra los 22 millones de ciudadanos que salieron de la pobreza extrema.
Es contra la igualdad y por la desigualdad, contra la generación de 21 millones de empleos creados en los últimos 12 años, contra los programas que abrieron las universidades a los pobres y a los afrodescendientes, contra el Gobierno que más combate la corrupción, es contra la democracia y contra Brasil, advierte.
La conducción coercitiva de Lula a declarar efectuada como parte de la fase 24 de la operación anticorrupción Lava Jato fue criticada también en duros términos por reconocidos juristas, entre ellos el ministro del Supremo Tribunal Federal Marco Aurelio Mello.
No se avanza atropellando reglas básicas, sostuvo Mello y aseguró que la arbitrariedad solo genera inseguridad jurídica.
Otro de los especialistas consultados por medios de prensa, el profesor de Derecho Constitucional Pedro Serrano, consideró que la ilegalidad cometida contra el expresidente tuvo un carácter eminentemente político.
Lo que se persigue, dijo, «es construir una narrativa acusatoria con la finalidad de destruir la imagen política de Lula», a quien según un sondeo difundido a comienzos de esta semana por la encuestadora Datafolha un 37 por ciento de los brasileños valoran como el mejor presidente de la historia de Brasil.
Brasilia, 5 de marzo 2016
Crónica Digital / PL