Además, los intentos sin precedentes de situar a Rusia como el culpable de un recrudecimiento de un conflicto provocado desde su inicio por potencias occidentales, incluido Estados Unidos, están más allá de toda ética diplomática, señaló Lavrov.
Los intentos de situar, a como de lugar, a Rusia en el banquillo de los acusados, levantan serias sospechas sobre el papel negativo de Estados Unidos en el diferendo sirio, estimó el diplomático.
Esta semana, la portavoz de la Cancillería rusa, Maria Zajarova, denunció las declaraciones del vocero del Departamento de Estado, John Kibri, quien auguró para Rusia soldados muertos en sacos plásticos, más aviones derribados y hasta atentados en sus ciudades.
Todo ello ocurriría, afirmaba Kibri, si Rusia continuaba con su política en Siria de, según el funcionario norteamericano, recrudecimiento de la violencia en el país levantino.
Rusia acudió al llamado hecho por Siria para luchar de forma efectiva con los movimientos terroristas como el Estado Islámico (EI) o Jabjad an Nusra, después de casi un año de anunciadas operaciones de la aviación de combate de países occidentales contra esos grupos.
Sin cumplirse aún un año del inicio de las acciones de la aviación rusa, el ejército sirio logró visibles éxitos en el terreno en su tarea de expulsar a los terroristas.
Los ataques mediáticos y verbales de Occidente contra Moscú se inició después que se hizo evidente la incapacidad de Washington de cumplir con un paquete de cinco acuerdos pactado por Lavrov y Kerry el pasado día 9, en Ginebra.
El conglomerado de cinco arreglos prevé la cooperación de Moscú y Washington para eliminar completamente al EI y al An Nusra, la separación de los terroristas de la llamada oposición moderada y el compromiso de controlar a esos grupos para respetar un alto al fuego.
Santiago de Chile, Moscú, 30 septiembre 2016
Crónica Digital/PL
