Justamente el pasado fin de semana, en carta presentada al Consejo de Seguridad, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió al gobierno colombiano y a la guerrilla renovar la tregua bilateral ante el comprobado alivio humanitario en las zonas de conflicto.
Igual solicitud hicieron más de 170 académicos, activistas por la paz, empresarios y líderes sociales de Colombia a través de carta trascendida a la opinión pública.
‘Creemos que, a pesar de los incidentes, que deberán ser investigados de manera eficaz, el cese el fuego brinda un mejor contexto para la participación de la sociedad en la construcción de paz y aumenta la legitimidad social del proceso de diálogo’, señalaron los firmantes.
Poner fin al cese el fuego, añadieron, ‘distanciaría a las partes de la negociación, significaría muerte, dolor y desplazamiento para la población civil, que suele ser la más afectada del conflicto, y daría más excusas a los enemigos de la paz que hacen de la guerra una bandera electoral’.
La misiva fue dirigida al mandatario colombiano y al primer comandante del ELN, Nicolás Rodríguez Bautista, alias ‘Gabino’.
Tanto Santos como Gabino han expresado la disposición de prolongar el alto el fuego y de reanudar las negociaciones conducentes a una paz estable, total y duradera en Colombia.
Sin embargo, los 102 días de cese de las hostilidades pactados no han carecido de tensión y de tonos altos, en medio de mutuas acusaciones de violación de lo acordado.
Como acotó una revista local, lo que pase a partir de ahora servirá para mostrar hasta dónde las partes están dispuestas a ceder en busca de un acuerdo final, en medio, además, de un agitado e incierto escenario electoral.
Bogotá, 8 de enero 2018
Crónica Digital/PL