El volumen de 214 páginas desde el prólogo, escrito por José Graziano da Silva, director general de la FAO, define que las políticas debían concebir la migración como una opción en lugar de una necesidad.
Las políticas sobre migración, agricultura y desarrollo rural deben ser coherentes para garantizar una migración segura, ordenada y regular, sostiene el informe.
El texto añade que el movimiento de personas es complejo y multifacético y va desde la migración voluntaria en busca de mejores oportunidades hasta la forzosa, generada por situaciones de peligro, como conflictos o catástrofes.
En tal sentido, el ente de la ONU se pronuncia por consolidar esfuerzos a favor de la paz y la resiliencia, ajustados a las características de cada país y contexto frente a la crisis generada por el cambio climático.
El organismo de Naciones Unidas plantea que aun cuando este es un tema que hoy genera muchas preocupaciones es tan viejo como la historia de la humanidad y precisa que entre 1990 y 2015, el número de migrantes aumentoÌü de 153 a 248 millones.
De ellos casi 25 millones fueron refugiados por causa de los conflictos y las crisis, lo cual hace que la migración internacional sea vista cada vez más ‘como un importante desafío por los países de altos ingresos que son lugares de destino’. Pero, aclara el informe, a escala mundial la migración internacional es un fenómeno notablemente menor que la migración interna: más de mil 300 millones de personas residentes en naciones en desarrollo migraron dentro de su propio país.
El Estado de la Alimentación y la Agricultura 2018 indica igualmente que en las regiones en desarrollo con tasas de urbanización elevadas, la migración rural representa al menos el 50 por ciento de todos los movimientos internos, con una acentuación en África subsahariana donde la proporción supera el 75 por ciento.
Otras cifras citadas en el informe arrojan claridad sobre el problema al señalar que de los casi 66 millones de desplazados en 2016 por la fuerza ante persecuciones, conflictos, violencia generalizada y violaciones de los derechos humanos, 40 millones fueron internos y el resto refugiados y solicitantes de asilo.
Los países de destino de ingresos altos, aclara, perciben cada vez más la migración internacional como un grave problema, pero el 85 por ciento de los refugiados internacionales son acogidos por las naciones en desarrollo, lo que equivale a casi nueve de cada 10.
Roma, 15 octubre 2018
Crónica Digital/PL