En recuerdo de los imprescindibles Nieves Yankovic y Pedro Henríquez

El nombre de Nieves Yankovic es clave en la historia del cine chileno. En 1958 realizó su primer documental, “Andacollo”, en codirección con su esposo Jorge di Lauro. Retrata la celebración de la Virgen, una fiesta de religiosidad popular, con narraciones de la propia Nieves y composiciones de Violeta Parra. Hoy es una obra de culto. Y no fue su única contribución al séptimo arte en el país. Uno de sus últimos proyectos, “Año Santo Chileno” no pudo ser terminado en 1974 debido a la desaparición del camarógrafo Jorge Müller y su pareja Carmen Bueno, secuestrados por la DINA. Nieves partió de este mundo en 1985.

Pedro Henríquez fue el dueño de la voz de la emblemática Radio Umbral, principal espacio de la resistencia cultural a la dictadura, desde su puesta en marcha en los 80 por la Iglesia Evangélica Metodista. Además, por casi dos décadas su presencia fue infaltable en los espacios de la cultura popular, desde las más modestas peñas en las poblaciones, o en enormes actos de rescate de la música chilena, realizados en el Teatro Cariola o en el Estadio Santa Laura. El 31 de julio de 2006, de regreso de un recital de Quilapayún, fue atacado por civiles no identificados, a raíz de lo cual partió de este mundo.

Tengo la certeza que no se conocieron en forma personal. Pero la historia los unió por más de un razón. Nieves Yankovic y Pedro Henríquez integraron la Izquierda Cristiana de Chile. Además, desde 1986 Pedro fue director de un espacio de encuentro ubicado en el centro de Santiago, que se llamó “Centro Cultural Nieves Yankovic”.

En efecto, el Centro Cultural Nieves Yankovic fue un proyecto concebido por la Izquierda Cristiana para crear un espacio de desarrollo cultural alternativo. Para su funcionamiento, fue arrendada una vetusta casa en la calle Almirante Barroso Nº 444, entre las calles Compañía y Catedral. Aquel lugar, además, pretendía otorgar a la Izquierda Cristiana un espacio semiclandestino de funcionamiento. Sin embargo, la idea era que funcionara en forma como Centro Cultural y para aquellos efectos se asignó a Pedro la tarea de ser su director, por su experiencia en la organización cultural en las poblaciones populares del sector oriente de Santiago. Allí era su lugar de militancia, en el Regional Oriente de la IC.

Luego de un período de “marcha blanca”, el Centro Cultural Nieves Yankovic se estrenó en sociedad el 31 de julio de 1987, a las 20:00 horas, con un programa que contemplaba la exhibición del documental “Andacollo”, una actuación del cantautor Flopy, una lectura de poemas de Jorge Montealegre y Sergio González, y saludo del “Comité de Programación” del espacio, que corrió por cuenta del propio Henríquez.

Nos conocimos en esos días. Fuimos compartiendo extensas horas de conversaciones. Nos contó de sus primeros pasos en el compromiso político y social, de cuando en los años de la Unidad Popular participó en la toma de un supermercado de Población Jaime Eyzaguirre de Ñuñoa, movilización que emergió de la iniciativa de los pobladores para poner freno al desabastecimiento y el mercado negro y que, por esos días, tuvo enorme repercusión en la prensa. “Fue una experiencia concreta de poder popular”, nos comentaba.

Mientras era director del Centro Nieves Yankovic, Pedro pasó a ser locutor de la recién formada Radio Umbral, 95.3 FM. Con el lema “en el rescate y la defensa de nuestra identidad”, desde el 10 de agosto de 1987 la emisora fue la primera en dar un fuerte impulso a la divulgación de la música popular chilena y latinoamericana. Rápidamente se convirtió en un ícono y la voz de Pedro en un símbolo de esos años aciagos.

A mediados del 2006, como se señaló, fue atacado durante la noche por desconocidos en un restaurante en Alameda, en un incidente que jamás fue esclarecido. Nunca más pudo recuperar la conciencia y a fines de ese año partió de este mundo. Fue velado en la sede que entonces ocupaba la Izquierda Cristiana, en Compañía con Bulnes.

Aparte de “Andacollo” y “Año Santo Chileno”, Nieves Yankovic y Jorge di Lauro produjeron y dirigieron varios otros documentales: Verano en invierno (1962), San Pedro de Atacama (1964), Isla de Pascua (1965), Cuando el pueblo avanza (1967), Operación sitio (1970), este último con guión de Nieves, sobre las demandas de vivienda de los sectores populares. Nieves actuó además en las películas “Romance de medio siglo”, “Amarga verdad”, “El padre Pitillo” y “El paso maldito”. Su último trabajo fue en 1985 en “La Isla”, obra de Juan Carlos y Patricio Bustamante, que no llegó a ver la luz hasta que 27 años después Patricio rescató parte del material para realizar un cortometraje.

Entre los fundadores de la Izquierda Cristiana en 1971 se encontraban Nieves Yancovic y Jorge Di Lauro. Cuando Nieves falleció en 1985, Manuel Jacques rememoró que conoció a la pareja en los días previos a la Asamblea Constituyente, “saliendo a pintar una gran IC” en una calle. “En las noches nos juntábamos diversos militantes y organizábamos una especie de cuadrillas para cubrir sectores estratégicos en que resaltara el símbolo” de la IC. “Eran, tal vez, junto a otros líderes (don Rafael Agustín Gumucio, Pedro Videla, Gustavo Solís de Ovando y otros más) los de mayor edad en un partido en el que los miembros de su Comisión Política apenas tenían 30 años y en que el resto de la mayoría de nosotros, los militantes, éramos jóvenes muchachos y muchachas de entre 20 y 23 años”, comentó.

“Fue ella quien precisamente en la Asamblea Constituyente de la Izquierda Cristiana, en las aulas de la Universidad Técnica del Estado (…) propuso formalmente como moción que, entre nosotros, nos llamáramos unos a otros hermano–compañero. Su gesto, el símbolo y mensaje que escondían sus palabras, fue aclamado por aplausos. Ciertamente, Nieves quería marcar una diferencia importante y vital en la vida de un político, hacer entender que aún cuando nuestra lucha sea para lograr un objetivo social, nacional y latinoamericano, y por lo tanto ceñirnos a una estrategia y una táctica política programada y delineada, jamás, jamás como militantes debíamos perder nuestra capacidad de amar al sujeto concreto como persona, a nuestro hermano”, contó Jacques.

A pesar de la bella propuesta de Nieves, los hombres y mujeres de la Izquierda Cristiana se llamaron siempre unos a otros simplemente compañeros. Hasta que el 2008, tiempo después de todo lo narrado, una persona ajena a la IC, pero que fue invitada a un encuentro de la colectividad, escuchó la historia de la propuesta de Nieves de 1971 sobre la expresión “hermano–compañero”. Tomó entonces la palabra para formular la increíblemente absurda propuesta de que los militantes se llamasen “hermañeros”… palabreja inventada, que no existe en el castellano ni en ningún otro idioma, por lo que no alcanza ni para barbarismo.

Nieves Yankovic y Pedro Enríquez forman parte de los imprescindibles, aquellos que viven para siempre en la memoria de los pueblos.

Por Víctor Osorio. El autor fue presidente de la Izquierda Ciudadana.

Santiago, 3 de agosto 2019.

Crónica Digital.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Next Post

DOGMAN, CUANDO LA VIDA DE PERROS NO ES TAN MALA: Por Miguel Alvarado Natali

Lun Ago 5 , 2019
Del director italiano Matteo Garrone llega a las salas chilenas la cinta “Dogman”. Basada en un hecho real ocurrido en 1988 en los alrededores de Roma, donde  un peluquero canino vinculado a la droga  encerró en una jaula de su local  a un matón del barrio que le había hecho la vida imposible, torturándolo por siete horas,  transformándose en uno de los crímenes más horrendos que recuerden los italianos. En la película Garrone nos muestra  la misma narración pero no centrada en las torturas, sino que en el entorno de este pueblo donde habita poca gente y solo funciona la peluquería, una tratoria, una compra de oro y  un pool con máquinas tragamonedas. Marcelo interpretado por Marcello Fonte,(Premio del Festival de Cannes al mejor actor 2018) es un peluquero de perros que ama a los animales, es un antihéroe ideal pero extraño, tiene a su hija Alida, con quien sale a bucear, lo acompaña en su tienda y hasta asisten a un concurso de peinados caninos. Ocasionalmente vende cocaína lo que lo hace vincularse y dejarse llevar por su amigo Simone (Edoardo Pesce) un tipo medio gánster, drogadicto y violento que ya ha tenido conflicto con otros residentes del lugar. Con una amistad un poco forzada, Marcelo se involucra hasta en un robo en una casa con Simone, quien además lo obliga a que le pase las llaves de su local para hacer un forado que lo lleve a la propiedad continua -la compraventa de oro-, entonces, todo termina mal para el peluquero quién es condenado a la cárcel. Dogman es una tragedia descarnada que escarba en la psique de sus protagonistas, con un realismo extremo, donde hay una atmósfera muy bien lograda de moradores -últimos sobrevivientes de un pueblo que fue un próspero balneario y que hoy está en una notable decadencia-. El director logra un rescate de esa vida pueblerina, tranquila, donde todos se conocen y saludan, pero además se inquietan cuando uno de los miembros no encaja y es esto lo que persigue el guion, – las relaciones humanas- cómo uno de los vecinos puede ser abusador, mientras el abusado no hace nada para impedirlo, en tanto, el resto quiere contratar un sicario para hacerlo desaparecer. Es de estas películas donde el protagonista sobresale desde el principio y proyecta al espectador una sensación de rabia, por lo patético y atolondrado que es. El premiado Marcello Forte hace un trabajo brillante en su actuación, logra crear con su mirada desvalida y su físico escuálido un personaje de buen corazón, que sufre  amenazas y humillaciones, pero que es capaz de sobreponerse al castigo de la justicia y vencer el miedo que le producía el temperamento y la contextura de su amigo Simone. Es una obra inquietante que va de menos a más poniéndose intensa y cruda, donde la moral de los personajes es sobrepasada por los acontecimientos y que hace mantener al público atrapado en lo que será  el desenlace. Es una historia de una violencia extrema, donde el […]

Te puede interesar:

Las opiniones vertidas en este medio de comunicación no necesariamente representan el sentir de Crónica Digital y son de responsabilidad de quienes las emiten.

Crónica Digital, es un medio de comunicación social, republicano y comunitario. Fue fundado el 19 de abril del año 2005. Su objetivo periodístico es informar sobre los principales noticias de Chile, América Latina y el mundo.

El director de Crónica Digital es el periodista Marcel Garcés Muñoz.

Su representante legal y editor general es el periodista Iván Antonio Gutiérrez Lozano.

El editor nacional es el periodista Ramón Vargas Vega.

El editor cultura es el periodista Miguel Alvarado.

Corresponsal en La Habana, Cuba, Florencia Lagos N.

El asesor legal es el académico y abogado Sr. Pablo Méndez Soto.

Los principales asociados informativos de Crónica Digital son la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina , la agencia de noticias China, Xinhua y TV Brics.

En Chile, el medio electrónico El Maipo

Correo: cronicadigital@gmail.com
Dirección: Maturana 302 local 2
Santiago de Chile.

Desde el año 2005 Crónica Digital es parte de la Asamblea Nacional por los Derechos Humanos.

Crónica Digital es una marca registrada. Todos los derechos reservados.

Redacción Diario Crónica Digital
Fono: 950142601

Un café en una plaza con historia....

Maturana con Huérfanos
plaza Brasil,
Santiago de Chile.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es cafe-con-torta-900x675.jpeg