En cada parada sus integrantes manifestaron su condena a la violencia en el país y el asesinato de líderes sociales, indígenas, campesinos, afrodescendientes y personas LGBT.
Durante el trayecto, entablaron diálogo con las poblaciones y organizaciones víctimas de la violencia política y de la injusticia social.
La Marcha por la Dignidad tiene como objetivo generar acciones efectivas de protección a la vida ante la muerte de líderes y defensores de derechos humanos en todo el país.
Además, reflexionar sobre las condiciones de la realidad, la verdad, la justicia y exigir al Estado la puesta en práctica del acuerdo de Paz entre el Gobierno nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo alcanzado en La Habana, Cuba, en 2016.
Sus integrantes buscan que los colombianos analicen a fondo las causas y consecuencias del exterminio de la vida y la naturaleza y decir sin tapujos quienes se benefician con ello.
El recorrido buscó romper el silencio contra del hambre y la pobreza provocada por décadas de malos gobiernos aliados a estructuras mafiosas y genocidas que han fortalecido a los paramilitares y militares violadores de niñas y niños, estructuras estatales de la policía que despojan, desplazan y asesinan a los defensores de la vida, aseguran sus miembros.
Asimismo, analizar las afectaciones de las medidas políticas, económicas y sociales impuestas por el gobierno colombiano en manos del Centro Democrático (partido en el poder) y el sistema financiero que violan abiertamente los derechos fundamentales y favorecen a los bancos y sectores poderosos.
Marcha por la dignidad espera que el presidente les escuche sus denuncias, necesidades y propuestas, que desde los territorios surgieron para hacerle frente a la violencia y abandono.
Bogotá, 10 julio 2020
Crónica Digital/PL