Nueva Constitución de Chile puede acortar brechas de género evidenciadas por COVID-19, dice socióloga

Durante la pandemia de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) quedaron en evidencia varias crisis en Chile, entre ellas las de género, aunque la redacción de una nueva Constitución es una oportunidad para acortar esta brecha, dijo la socióloga chilena Teresa Valdés.

   La experta señaló en una entrevista con Xinhua que durante la pandemia quedó en evidencia la crisis de las desigualdades de los cuidados, «relacionada con la distribución de las tareas de mantención de la vida».

   La experta chilena fue de 1981 a 2006 investigadora de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, donde creó el Area de Estudios de Género, condujo numerosas investigaciones y desarrolló docencia y coordinó el proyecto regional «Mujeres Latinoamericanas en Cifras» en 19 países.

   Valdés profundizó que, como en todas las crisis, «se espera que las mujeres hagan todo y empiezan a sobrecargarse», como se demostró con el cuidado de los niños durante los encierros y las labores domésticas.

   «Hay algo que está mal organizado, que está mal en nuestra sociedad, que es cómo se distribuyen las tareas del cuidado», y agregó que «se han sobrecargado sobre los hombros y cuerpos de las mujeres».

   Valdés participará en el panel «Lo que revelan las crisis» del décimo Congreso Futuro 2021, uno de los principales foros de divulgación científica y tecnológica de América Latina, que se celebrará del 18 al 21 de enero.

   La experta enfatizó que éste no es sólo un tema de Chile, sino que es «general de las economías capitalistas con esta etapa de desarrollo en la que estamos, y que, por lo tanto, todas las sociedades han tenido que ir enfrentando este tema».

   Sin embargo, para la académica, el proceso constituyente que vive Chile para redactar la nueva Constitución es un «privilegio extraordinario», porque «vamos a tener la posibilidad de poner y fijar entre los derechos fundamentales que está el derecho al deber y el cuidado».

   «Las personas somos seres vulnerables, que necesitamos apoyo desde que nacemos hasta que morimos», por esta razón «siempre estamos dependiendo del apoyo, de la ayuda de otros».

   Valdés explicó que el movimiento feminista en Chile ha llamado la atención que «no es un problema de la mujer como tal, sino un tema del conjunto de las sociedades», y detalló que incluye a todas las instituciones, desde la Justicia hasta el Estado.

   «El tema es más estructural, funcionamos en una sociedad en la cual la violencia está instalada. Una violencia hacia las mujeres como inferiores o teniendo que responder a las necesidades del sistema. Eso lo que tenemos que pasar a modificar», indicó.

   El próximo 11 de abril los chilenos escogerán los miembros de la Convención Constitucional que debatirán los contenidos de la nueva Constitución, tras ganar esta opción en el plebiscito del 25 de octubre pasado, una de las salidas políticas del estallido social en Chile del 18 de octubre de 2019.

   «Tenemos muchas propuestas, hay economistas feministas que han desarrollado investigaciones, exámenes y análisis; y cómo y dónde se produce esta situación, y cuáles serían los mecanismos para modificarlos», dijo sobre la posibilidad de incluir estos contenidos en el nuevo texto fundamental chileno.

   Una de las consignas del estallido social chileno fue la igualdad y la no discriminación.

   Para Valdés, las brechas de género tienen que ver con estas premisas.

   Por eso, en la nueva Constitución, lo principal es «el derecho que tiene que ver con la igualdad y la no discriminación y que tiene que ver con que los cuidados son una necesidad de todas las personas, que sean asumidas colectivamente por la sociedad y, por lo tanto, que no haya una desigualdad resultante y una discriminación hacia las mujeres con esta sobrecarga de tareas».

   «Hay que ir hacia un Estado social de derecho, terminar con este sistema de la subsidiariedad del Estado. El Estado debe tener un rol (…) que hay derechos básicos que tienen que ser garantizados por el Estado y, por lo tanto, debe tener capacidad de iniciar y desarrollar actividades económicas que lo permitan».

   El 9 de octubre pasado, la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Alicia Bárcena, señaló que «la desigualdad de género ha sido exacerbada» y que las mujeres se han visto más afectadas por el aumento del desempleo, de la pobreza y por la mayor carga de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado durante la pandemia.

Por Cristóbal Chávez Bravo

Santiago de Chile, 9 de febrero 2021
Crónica Digital/Xinhua


	

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