Según la última encuesta Nacional de Salud, el 34% de dicho porcentaje es obeso.
– La obesidad fue definida por la OMS como pandemia en 2010, debido a las graves consecuencias en la salud de las personas. De hecho, esta cifra se ha duplicado en los últimos 13 años, lo cual tiene a Chile como uno de los países con mayor obesidad y sobrepeso de la OCDE.
Según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), el 74,2% de la población adulta en Chile sufre de sobrepeso u obesidad, cifra que lo sitúa en el segundo lugar, después de México (75,2%). “Una de las principales causas de esta enfermedad es el hecho de creer tener una buena o correcta alimentación, pero la realidad es bastante diferente, tanto así que una de las barreras a la vida saludable, es la escasa preocupación por parte de las personas en proteger y monitorear su salud”, señala Bárbara Álamo, experta en alimentación cetogénica y certificada por Nutrition Network.
Esta realidad no sólo impacta a quienes la sufren, sino que al país como un todo. El tratamiento de la salud de la población obesa puede suponer una carga financiera significativa para los sistemas de salud y los presupuestos estatales. Es por eso que los gobiernos intentan crear conciencia a través de estrategias de prevención y promoción de la salud para abordar la obesidad y reducir sus costos asociados a largo plazo. Estas estrategias suelen incluir campañas de concienciación, programas de educación nutricional, políticas de regulación de alimentos y bebidas, promoción de la actividad física y acceso a servicios de atención médica adecuados.
“Pareciera que las personas no asumen las consecuencias que trae este padecimiento y tampoco de los beneficios de tener buenos hábitos, ya que una persona que no se expone a la luz solar, no hace ejercicio y tiene malos hábitos alimenticios, probablemente es más propensa a contraer enfermedades como depresión o declive cognitivo hacia la vejez. De hecho, es justamente esta cultura instalada en la idiosincrasia chilena la que ha hecho que seamos el país con más altos índices de obesidad del continente”, comenta Bárbara Álamo.
Como una manera de aportar, Bárbara Álamo lanza el libro Keto y Feliz, a la venta en todo el país, el cual busca ser un aporte para que la comunidad logre mejorar y modificar sus hábitos alimenticios sin dejar de consumir sus recetas favoritas, “este texto es un recorrido de los básicos de la cocina para que las personas vivan de manera fácil en Keto, es por eso que cuenta con una gran cantidad de recetas, tips para armar los platos y cómo combinar esta dieta con buenos hábitos”, añade la autora.
El hecho de comer saludable es un trayecto moldeado por diversos factores, como la edad, el metabolismo o las preferencias de alimentos. “Es por esto que en Keto y Feliz quisimos plasmar diferentes recetas pero en versión saludable, siendo una de ellas las empanadas, si bien es cierto que en su preparación tradicional, la masa se hace con harina, huevos, agua, leche y manteca vegetal, dentro de la versión Keto estos ingredientes cambian a harina de almendra, huevo, queso crema y queso mozarella, quedando así una receta baja en carbohidratos, pero sin perder su esencia”, explica Álamo.
Si bien es cierto este cambio en los hábitos es un proceso, hay que considerar que una alimentación poco saludable, basada en el consumo de altas cantidades de azúcares o carbohidratos, incentivará cada vez más su consumo ya que son altamente adictivos. “Si ponemos atención a nuestro cuerpo en estos puntos y sumamos la actividad física, podremos mantenernos saludables desde adentro hacia afuera”, concluye la experta.
Santiago de Chile, 28 de mayo 2023
Crónica Digital
