Crítica
Por Miguel Alvarado Natali, Editor de Cultura
“Recuerdos incompletos de un reloj” es un monólogo dramático escrito por Cristián Ruiz y cuenta con la dirección de María Verónica Duarte. ¿Cómo lidiar con el pasado oscuro y terrorífico de tu padre? ¿Se puede llegar a entender que torturar era un trabajo? ¿Recibir funas por algo que tu no hiciste acaso está bien? Son interrogantes que la obra nos va planteando en un viaje que Casandra debe hacer en busca del cuerpo de su progenitor. Se está presentando en Matucana100 hasta hoy 12 de noviembre a cargo de La Máquina Teatro.
El montaje nos presenta a Casandra, una mujer que dejó de ver a su padre cuando llegó la democracia y el cual le escribe desde Grecia para que se haga cargo de su cuerpo, ya que está por morir. Es entonces que ella va construyendo su historia de vida y se tiene que enfrentar al pasado tenebroso de su padre como ex agente y colaborador de la dictadura de Pinochet. Aquí se da cuenta que ese reloj que ella encontró cuando niña y que era único recuerdo de quien le dio la vida, esconde un desgarrador secreto. Al descender del avión de retorno, su vida ya no será la misma con la información que ahora posee sobre personas que sufrieron violaciones a los DD.HH.
Con una escenografía funcional, donde una cortina, la maleta y el asiento nos dan la atmósfera necesaria para crear el ambiente en que la propia actriz va jugando inteligentemente con esos pocos elementos. Muy ingenioso convertir ese asiento en escaño, en una vitrina de fotos, en un escritorio y en un ataúd. La música está en su grado aceptable y el vestuario bien pensado para su doble utilidad.
La actriz Ignacia Moya Eyzaguirre, interpreta a Casandra, su actuación es bastante sólida, dialoga con ella misma, con su madre, con el abogado de su padre, con su propia hija y con personajes de la tragedia griega. Nos envuelve en su propia performance, es gesticulosa y su talento mantiene la atención del público, hace un monólogo que va más allá de lo clásico esperado y lo resuelve bien. Ella enfrenta su desgraciado pasado familiar, que la lleva a meditar una decisión correcta, un gesto de reparación con la familia de una de las víctimas de su padre. Con los dueños legítimos de un reloj que no se detuvo.
“Recuerdos incompletos de un reloj” es un montaje de una narrativa fresca, que busca un acercamiento a esta realidad que no ha sido tan visibilizada – pocas veces sabemos de los hijos de los violadores de DD.HH- . Hijos que en la medida que van creciendo pierden ese orgullo que sentían por sus padres y que en definitiva, lo único que adquieren es un legado vergonzoso. La obra nos plantea cada escena sin cambiar de acto, como un espacio donde los recuerdos, emociones y descubrimientos están encaminados para que la protagonista, construya esos fragmentos que dejó su padre. De pronto pedir perdón por las atrocidades que cometió este asesino, sin embargo, ella también es víctima, la apuntaron con el dedo, la funaron, se tuvo que cambiar de casa por los constantes piedrazos y no tuvo un padre presente y como si fuera poco Casandra estudió teatro, generando un conflicto ideológico recurrente en este país en que se cree que todos los actores son de izquierda. Es una puesta en escena conmovedora, original y potente, que nos invita a reflexionar sobre un pasado que se hace presente con una verdad cegada por un pacto de silencio y que una hija de un torturador también es una víctima en esta historia.
Por Miguel Alvarado Natali
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@miguelalvaradonatali2161
Crónica Digital, Santiago de Chile, 12 de noviembre 2023
Co-Director/Dramaturgo: Cristián Ruiz | Directora: María Verónica Duarte | Actriz: Ignacia Moya | Productor: Bastián Panadés | Jefe Técnica/Diseñadora Integral: Natalia Morales.