El paro, iniciado el lunes, está afectando a más del 60 por ciento de la producción -normalmente ronda los 3,5 millones de toneladas diarias- con pérdidas que oscilan entre 15 y 20 millones de dólares por día.
En representación de los más de dos mil trabajadores del gremio, líderes sindicales se reunieron la víspera durante más de una hora con dirigentes de la empresa, pero las negociaciones no avanzaron «ni un milímetro», según voceros.
Pese a que el sindicato aseguró que se encontraban a «cero avance, a cero fojas», representantes de Escondida, un consorcio que agrupa a varias de las más grandes transnacionales del sector, afirmaron que «el diálogo continúa» y que están «optimistas».
Sin embargo, Pedro Marín, vocero del gremio, indicó que la empresa presentó la misma propuesta inicial, muy distante de la demanda de los trabajadores. «Fue una pérdida de tiempo, discutimos y analizamos lo que ya habíamos visto», afirmó.
La oferta de Escondida considera un bono por término de conflicto de dos millones, otro por el alto precio del cobre de seis y un crédito blando de tres, lo que totaliza 12 millones de pesos (unos 20 mil 400 dólares), amén de un ajuste salarial del tres por ciento.
Los mineros reclaman en cambio bonos por una suma general de 16 millones de pesos (unos 29 mil 600 dólares) y un aumento real del 13 por ciento del sueldo base, además de otras garantías en salud y educación.
Luis Troncoso, presidente del sindicato minero, declaró que cancelarán una reunión prevista para hoy y cualquier otro contacto con la empresa hasta tanto ésta no presente una mejor oferta sobre los contratos colectivos de trabajo.
La demanda de los mineros busca igualar sus salarios y los beneficios al actual escenario de precios del metal rojo, que bordea los 3,5 dólares por libra, en una espiral que sigue en aumento.
Los valores actuales -afirman- superan en más de cinco veces los 0,67 dólares por libra que tenía el cobre en la anterior negociación colectiva del 2003, y que le ha permitido al consorcio multiplicar varias veces sus utilidades (más de dos mil millones el pasado año).
Los mercados, mientras tanto, siguen expectantes la evolución del conflicto, y aunque no se esperan aún reacciones significativas en los precios, ello dependerá de cuánto se prolongue el paro.
Gran parte del efecto de la Escondida ya estaba internalizado en el mercado porque se asumía que íbamos a tener efectivamente una huelga, pero si el conflicto se prolonga, ahí sí que habrá efectos, señaló Francisco Montaner, analista de Euroamérica Corredores.
En igual sentido se expresó el economista de la Universidad de Chile Franco Parisi, quien destacó que «las empresas mineras generalmente se adelantan a estos fenómenos y empiezan a comprar futuros de cobre para poder estar calzados con su producción».
Esto deriva en que no haya de momento mayor impacto en el valor del metal rojo y su cotización en Londres.
«Este fenómeno de huelgas, tanto legales como ilegales, comenzaron en México en junio de este año, y lo más probable es que se prolongue», agregó Parisi.
El precio del cobre muestra hoy una leve recuperación al cerrar en 355,390 centavos de dólar la libra en la Bolsa de Metales de Londres, mientras las acciones de la BHP Billiton, principal propietaria de Escondida, bajaron el lunes 2,6 por ciento.
Sin embargo, para el analista John Meyer, de Numis Securities, la huelga puede ser el inicio de una nueva tendencia alcista y los precios podrían superar la barrera de los cuatro dólares si el conflicto se extiende más de lo previsto.
Santiago de Chile, 9 de agosto 2006
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