Así lo expresó Eliana Zamorano Rojas, madre del detenido desaparecido Luis Guajardo Zamorano. “Hay agentes que se encuentran prófugos y la mayor parte nunca han sido identificados. Los archivos secretos, los pactos de silencio son nuestros principales enemigos”, dijo la Secretaria General de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, Teresa Izquierdo.
En ese sentido, Osiel Núñez, a nombre de la Red de Sitios de Memoria, llamó a poner urgencia a la aprobación de ley que impida a las Fuerzas Armadas y policiales destruir o eliminar archivos de la represión.
El Teatro por la Vida se repletó el sábado 29 de agosto para conmemorar el Día del Detenido Desaparecido convocado por la Red de Sitios de Memoria.
Sus integrantes llegaron temprano en la mañana para colocar en los prados del Parque por la Paz las fotografías de cada una de las víctimas de la dictadura.
El paisaje del parque, en un día primaveral, emocionó a las centenares de personas que llegaron para recordar a quienes no están y fueron víctimas de la desaparición forzada. Un trabajo que había comenzado con esmero y cariño unos días antes y que fue realizado por las y los integrantes de la Red que confeccionaron artesanalmente cada una de las pancartas que se clavaron en el césped.
La actividad comenzó con la instalación de stands en los alrededores de la Plaza de la Esperanza. Allí expusieron el Servicio Médico Legal, el Instituto Nacional de Derechos Humanos, la Asociación de ex Trabajadores de la Vicaría de la Solidaridad, Amnistía Internacional, el Sitio de Memoria ex Clínica Santa Lucía, la Corporación 3 y 4 Alamos, el Comité de Derechos Humanos Nido 20, la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, la Asociación de Memoria y Derechos Humanos Venda Sexy y la Corporación Memoria Lonquén.
A la actividad llegaron numerosos familiares de detenidos desaparecidos, entre ellos Eliana Zamorano Rojas, madre del detenido desaparecido Luis Guajardo Zamorano, seleccionado nacional de ciclismo.
Que no exista opresión ni tanta desigualdad
“Al entrar a Villa Grimaldi hablo mi idioma, mi idioma es el problema que tenemos entre todos, nos saludamos nos conocemos, somos una familia grande, que cada día se va haciendo más chica porque la gente se va yendo de este mundo sin saber la verdad, si saber nada porqué desaparecieron nuestros hijos”.
Asimismo exigió a los perpetradores de violaciones a los derechos humanos a decir la verdad, “la justicia en este país no se la pudo con ellos, no los ha castigado, los que están presos están regios. Mi hijo era estudiante de ingeniería, tenía 22 años, hace 40 años que estamos luchando por la verdad, ojalá alguno dijera que hicieron con él, porqué lo detuvieron, porqué lo ocultaron”.
Luego comenzó la actividad artística cultural animada generosamente por la actriz Malucha Pinto, gran colaboradora de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, como por todos los otros artistas que participaron.
El folclore lo trajo el grupo Los 120 dirigido por Marietta González, quien inició su presentación con una paya “porque no exista opresión ni tanta desigualdad, con coraje y dignidad de este mal hay que salir, vamos a reconstruir y con cimientos bien firmes, para nunca más en Chile esto se vuelva a vivir”.
La Secretaria General de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi se refirió al rol de la justicia durante la dictadura. “Jueces, cortes y las instituciones judiciales fueron sordas y ciegas. Durante los primeros años de la dictadura optaron por un silencio cómplice. La lucha incesante de familiares y abogados defensores de derechos humanos se encontró con una pared y escasos resultados conseguidos gracias a ministros excepcionales tales como José Cánovas Robles”.
La mayor parte de los perpetradores no han sido identificados
“Con el fin de la dictadura la cruda realidad es que se ha ‘hecho justicia en la medida de lo posible’. Lo posible lo definieron los gobernantes y también el aparato judicial”, añadió.
“En los últimos años se han acogido más querellas y abierto juicios, continuó. Nuevamente ello no sería posible si los familiares no hubiesen sido representados por los nuestros inagotables abogados y las querellas no hubiesen llegado a manos de jueces que asumieron el rol de esclarecimiento y justicia que les correspondían. Conciliando la ética y la justicia. Recordemos que el primer fallo condenatorio por un detenido desaparecido nuestro fue dictado por el ministro de fuero Alejandro Solís el año 2003. Nuestro primer compañero que obtuvo algo de justicia se llama Miguel Angel Sandoval, a quien le llamaban cariñosamente El Sastre y que desapareció desde este mismo lugar el 7 de Enero de 1975”.
“Sabemos que el centenar de perpetradores que están encarcelados son una mínima cantidad. No es posible que los miles de asesinados, torturados y perseguidos por el terrorismo de Estado hayan sido víctimas de un centenar de asesinos. Hay agentes que se encuentran prófugos y la mayor parte nunca han sido identificados. Los archivos secretos, los pactos de silencio son nuestros principales enemigos”, agregó.
Luego se refirió a la obligación de reparar a las víctimas. “El mejor ejemplo de la denegación de ese derecho por parte del Estado es la miserable respuesta que han recibido las y los ex presos políticos”, criticó.
Mario Salazar: A ellos no les podemos fallar
Luego Mario Salazar, ex integrante del grupo Amerindios, acompañado del guitarrista Raúl Céspedes, interpretó canciones de su último disco. Cerró su presentación con una canción célebre grabada en 1972 y que llama a la unidad y articulación de las organizaciones sociales: Los Colihues.
“La muerte no nos va a ganar nunca. Ellos fueron fuertes no les podemos fallar”, dijo emocionado, en homenaje a los detenidos desaparecidos, en especial a Marcelo Salinas Eytel, de quien no se supo nunca más en Villa Grimaldi y quien le enseñó a tocar la guitarra.
Posteriormente Osiel Núñez, Presidente la Corporación 3 y 4 Alamos, habló a nombre de la Red de Sitios de Memoria y saludó “a todos los combatientes por la vida y la libertad, a quienes no solo arrancaron sus vidas de manera bárbara, sino, además, agregaron para sus familias, la tortura permanente de desapariciones que se prolonga hasta el día de hoy”.
Núñez luego se refirió a la situación actual de los derechos humanos. “Indignación es lo que sentimos cuando nos enteramos que algunos victimarios se mueren con todas las regalías posibles, otros se suicidan cobardemente, otros siguen ocultando la verdad, siguen haciendo de la mentira su modo de vida”.
“Toda la impunidad contenida en estos años ha salido a flote. Las declaraciones judiciales de dos conscriptos que estuvieron en los ataques a Rodrigo Rojas y Carmen Gloria Quintana dejaron en evidencia una vez más el pacto de silencio de los represores y sus encubridores”, puntualizó.
“Este debate también ha develado las complicidades de autoridades civiles de la dictadura y la transición que han contribuido a la permanencia de los pactos de silencio y el secretismo sobre el alcance de los crímenes de lesa humanidad. Hoy, es inaceptable que autoridades del gobierno nieguen el encubrimiento que aún existe en las instituciones armadas a pesar de que incluso ha sido establecido judicialmente”, precisó.
Claveles rojos en el muro de los nombres
Luego llamó a “derogar los artículos de las leyes de reparación Valech 1 y 2 que impuso el secreto por 50 años a quienes atestiguaron por casos de tortura”. Asimismo instó a que “los jueces tengan acceso total y sin restricciones a la totalidad de los testimonios recogidos por la comisión, independientemente de que los casos hayan sido calificados o no”.
El dirigente dijo que se deben establecer “mecanismos que permitan el mayor acceso al público a los archivos y, si es necesario, resguardar información sensible que pueda afectar a las víctimas, con criterios públicos y transparentes”.
También expresó que se debe “poner urgencia a la aprobación de ley que impide a las Fuerzas Armadas y policiales destruir o eliminar archivos de la represión, los que deben ser traspasados de inmediato a la custodia del Archivo Nacional”.
La conmemoración continuó con la presentación del Coro de ex Presas y Presos Políticos de 3 y 4 Alamos, quienes interpretaron la canción Todavía cantamos de Víctor Heredia y otras composiciones.
Posteriormente los asistentes se dirigieron hasta el Muro de los nombres del Parque por la Paz para depositar claveles rojos en recuerdo de las víctimas.
Allí, Los 120 interpretaron la Cueca Sola, emblemática canción que bailan los familiares de los detenidos desaparecidos para simbolizar la ausencia de sus seres queridos.
A la actividad asistió Angela Jeria, sobreviviente de Villa Grimaldi quien destacó la importancia de hacer estos actos de memoria, “sin odio sin venganza, para nunca más en Chile esto vuelva a suceder”.
Consultada acerca de qué fue lo que dio más fuerza cuando estuvo en el ex Cuartel Terranova, relató que estuvo vendada y amarrada en un cajón, sin poder hablar con nadie durante 10 días, sin alimentación. “Un día alguien me sacó al baño y cuando iba caminando me dice, señora Angela, usted que es viuda de un uniformado sabe que tenemos que obedecer, perdóneme. Y eso me volvió a sentir que había humanidad, porque ese hombre estaba arriesgando su vida al decirme eso”.
La visita de los embajadores
Al acto conmemorativo asistieron también los embajadores de Costa Rica, El Salvador, Cuba y Guatemala.
El Embajador de Costa Rica, Manuel Rojas Bolaños, indicó que “los pueblos sin memoria no pueden ir a ninguna parte en el futuro próximo, todas estas cosas no pueden olvidarse, por un lado para que no vuelvan a suceder y por otro lado las sociedades puedan reconstruirse a partir de los cimientos que quedan de estas situaciones tan dolorosas”.
El Embajador de El Salvador Víctor Manuel Valle Monterosa manifestó que “es muy emotivo saber que en estos lugares que uno transita, que hubo gente que sufrió mucho por luchar por un mundo mejor”.
El Embajador de Cuba, Adolfo Courbelos, puntualizó que “hay una relación muy profunda, entrañable del Presidente Salvador Allende y el líder histórico de nuestra revolución. Hay una relación entrañable de recordamos en Cuba también con dolor porque tiene que ver con los sucesos y toda la tragedia que se produjo después”.
Al referirse a la solidaridad hacia los chilenos perseguidos y a la lucha por terminar con dictadura Courbelos dijo que “recibimos a muchos chilenos en Cuba y hubo mucha solidaridad. Yo pienso que también hubo solidaridad de Chile hacia Cuba y ha sido un sentimiento mutuo, pero en todo caso a su pregunta, me resulta profundamente estremecedor naturalmente, recibir esta muestra de cariño y afecto de parte de muchos chilenos que reconocen el papel que desempeñó Cuba y en definitiva nuestra principal misión o tarea es cultivar la amistad, profunda entrañable que existe entre nuestros dos pueblos”.
Santiago de Chile, 31 de agosto 2015
Crónica Digital / www.villagrimaldi.cl
