El grupo estará integrado además por los subsecretarios Felipe Harboe (Interior), Marcelo Ortíz (Carabineros), Ricardo Navarrete (Investigaciones) y cuatro abogados del Ministerio del Interior.
La comisión deberá presentar alternativas dentro de los próximos 10 ó 12 días sobre cómo enfocar el trabajo definido de un posible Ministerio de Seguridad Pública, lo cual someterá al Ejecutivo para delinear los temas políticos finales.
El proyecto final, considerado entre las 36 medidas comprometidas por la mandataria chilena para los primeros 100 días de su gobierno, debería ingresar al Congreso dentro de los próximos dos o tres meses para ser debatido y eventualmente aprobado.
Viera-Gallo anunció que a partir del próximo martes se escuchará «a todos los sectores involucrados e interesados: entidades académicas, ONG s, organismos universitarios y todas las personas o grupos que sobre esta materia han trabajado», incluida la oposición.
«Con eso elaboraremos una propuesta que será sometida a la Presidenta y allí ella tendrá que determinar si esos antecedentes son suficientes o si pretende generar una instancia más amplia», concluyó.
En una carrera contra reloj, la mandataria dispuso también la formación de un grupo de trabajo que analizará las distintas propuestas que existen para reformar el antidemocrático y excluyente sistema electoral binominal, otra de sus promesas electorales.
Esta entidad la presidirá otro ex senador, Edgardo Boeninger, de la Democracia Cristiana (DC), quien tendrá la difícil tarea de encontrar una formula que permita eliminar una de las principales trabas que enfrenta el proceso de democratización en Chile.
La reglamentación vigente fue impuesta por el ex dictador Augusto Pinochet en 1989 para bloquear el acceso al parlamento de los sectores de izquierda y blindar a los partidos de la extrema derecha que lo secundaron políticamente durante la dictadura militar.
La eliminación de este sistema y su sustitución por otro más democrático y no excluyente fue demandado por el Partido Comunista como condición para apoyar a Bachelet en la segunda vuelta electoral, que a la postre resultó decisiva para su llegada a La Moneda.
«Este es un tema de gran complejidad. Podemos finalmente tener un proyecto perfecto, pero si no tenemos -a lo menos- parte de los votos de la oposición, no conseguiremos nada», aseguró Adolfo Zaldívar, ministro del Interior y jefe de gabinete.
Boeninger, en tanto, señaló que tomará contacto con diferentes actores políticos, desde la oposición al mundo académico, porque el Gobierno requiere que exista un «estudio completo» sobre la materia.
Santiago de Chile, 31 de marzo 2006
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