Llidó, un religioso católico, fue detenido por una patrulla militar que, según consta en el expediente judicial, lo entregó a efectivos de la disuelta Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), a partir de lo cual desapareció hasta nuestros días.
La solicitud había sido presentada el martes pasado por la abogada Fabiola Letelier, quien explicó que existen «numerosas presunciones fundadas que dan cuenta de la responsabilidad que tiene en los sucesos trágicos que le ocurrieron al sacerdote».
En esta causa, Zepeda procesó en mayo de 2003 como autores del secuestro del religioso al general retirado Manuel Contreras, en su calidad de ex jefe de la DINA, y a ocho agentes del aparato represor.
El tribunal capitalino deberá ahora fijar una audiencia para escuchar los alegatos de querellantes y defensores, y luego determinar si hay mérito para iniciar causa contra Pinochet, decisión que puede ser apelada posteriormente ante la Corte Suprema.
Santiago de Chile, 7 de agosto 2006
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