Así lo señaló a Crónica Digital, Pedro Marín -vocero principal del gremio- el que recalcó que la empresa accedió a revisar el conjunto de las demandas, pero advirtió que si ese no fuera el caso cuando se sienten a la mesa, abandonarán de nuevo el diálogo.
«No estamos dispuestos a seguir perdiendo el tiempo», recalcó el dirigente, tras señalar el interés del gremio de avanzar en todo lo que se pueda, siempre que las propuestas de los personeros de Escondida sean razonables.
Informó que la decisión fue adoptada tras un corto encuentro de los líderes gremiales con directivos de la transnacional, luego que éstos accedieron por primera vez a revisar las demandas de los mineros.
Los trabajadores reclaman un ajuste salarial del 13 por ciento y bonos por aumentos del precio internacional del cobre y por términos de contrato por 30 mil dólares, pero la empresa sólo accede a un aumento del tres por ciento, y beneficios por unos 20 mil 500.
El sindicato, que está integrados por dos mil 052 abonados, se declaró en huelga indefinida el pasado lunes tras fracasar varios intentos, con la mediación del Ministerio del Trabajo, por acercar posiciones.
La paralización ha afectado el 90 por ciento de la producción minera de la empresa, que en días normales realiza más de 3,5 millones de toneladas, lo que equivale a una perdida diaria de entre 15 y 20 millones de dólares.
La demanda de los mineros busca igualar sus salarios y los beneficios al actual escenario por el cual atraviesa el precio del metal rojo, que bordea los 3,6 dólares por libra, en una espiral que no para de aumentar.
Los valores actuales -afirman- supera en más de cinco veces los 0,67 dólares por libra que tenía el cobre en la anterior negociación colectiva del 2003, y que le ha permitido a ese consorcio multiplicar varias veces sus utilidades (más de dos mil millones el pasado año).
Sin embargo, el vicepresidente de Asuntos Corporativos, Mauro Valdés, se quejó de que la empresa ha puestos tres propuestas sobre la mesa, pero el sindicato no cede en sus posiciones, que -según dice- son inaceptables para la administración.
«La empresa siempre ha estado abierta al diálogo y especialmente a los temas sensibles de los trabajadores, aunque su petitorio es imposible. Este debe construirse en conjunto», aseveró el ejecutivo, lo cual hace temer que el conflicto se extenderá.
Unos 800 mineros, de los más de dos mil que pertenecen al gremio, ocuparon ayer por más de tres horas el puerto de Coloso, unos 18 kilómetros al sur de Antofagasta, e impidieron el ingreso de 30 trabajadores externos que operan la planta.
Los manifestantes llegaron hasta el lugar con pancartas y consignas contra el poderoso conglomerado de transnacionales que encabeza la anglo-australiana BHP Billiton, que produce más del 20 por ciento del cobre nacional y un ocho por ciento a escala mundial.
«Con esto demostramos que nosotros podemos hacer cosas mayores y esta toma, donde no se permite el acceso de nadie, es una muestra de fuerza, y ese es el mensaje que queremos entregar a la compañía para que cambien su oferta», dijo Luis Troncoso, presidente del gremio.
En el puerto de Coloso funciona la planta desalinizadora que abastece de agua a la mina, y la planta de filtros, donde se procesa por última vez el concentrado de cobre para transportarlo a los distintos países del mundo.
Santiago de Chile, 12 de agosto 2006
Crónica Digital , 0, 280, 18