El análisis afirma que los hogares que fueron victimizados disminuyen de 22 a 17 por ciento en comparación con la medición efectuada en abril por la propia entidad.
La encuesta es representativa de 70 por ciento de los hogares, que equivalen a unos dos millones 800 mil. Los resultados reflejan que 160 mil son víctimas de la delincuencia todos los meses.
De lo que efectivamente sufrieron un delito, se constata que 66 por ciento ha sido víctima una vez; 23, dos veces; seis tres y cinco en cuatro o más oportunidades.
Las denuncias aumentan en tres por ciento (de 43 a 46), mientras que quienes no lo hacen, disminuyen en uno (de 55 a 54), lo que significa que de cada 100 delitos, 55 no se denuncian, según el estudio.
Mientras, el nivel de sanciones parece extremadamente bajo: se condenan sólo el cuatro por ciento de los casos denunciados y dos del total de los ocurridos. LyD señala que debido a esto, 47 por ciento de los encuestados considera inútil hacer denuncias.
Dentro de las razones para no denunciar, los encuestados argumentan que no sirve de nada (47 por ciento), que es un trámite complicado (13), el miedo a represalias (13), que no saben ante quién denunciar (9,0), entre otros motivos.
Respecto a la evaluación de la persecución y la sanción, sólo en cuatro de ellos hay buenos resultados, mientras que 92 por ciento de los encuestados dicen que no hubo resultado o nunca tuvo información.
En cuanto a la evaluación de las instituciones, el gobierno baja su nota de 4,5 a 4,4, sobre una escala de siete. Carabineros se mantiene en 5,0, los alcaldes bajan de 4,2 a 4, los fiscales suben de 3,7 a 3,9 y los jueces suben de 2,9 a 3,2.
Quienes fueron víctimas evalúan peor que el resto de los encuestados a las instituciones responsables. Esto es particularmente marcado en el caso del gobierno, que es evaluado con 3,7 por las víctimas, contra un 4,6 que asignan las no-víctimas.
Santiago de Chile, 12 de agosto 2006
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