Los destrozos no saldrán gratis, señaló el intendente de la Región Metropolitana, Víctor Barrueto, al indicar que llevará a los tribunales a los culpables de los violentos incidentes ocurridos en la comuna de Maipú, que dejó más de un centenar de jóvenes detenidos.
Mientras, la ministra de Educación, Yasna Provoste, cuestionó la «poca tolerancia de los secundarios», en circunstancias que -afirmó- hay un diálogo abierto y avances en la agenda.
Barrueto recalcó que «los que salen a la calle a producir destrucción y daño» deben tener claro que «esto no va a ser sin costo» para ellos.
En ese marco anticipó que los padres de los menores involucrados en los incidentes deberán asumir los gastos por los destrozos generados por sus hijos: «cuando se trata de menores de edad responderán los padres que son los responsables por ellos».
El jefe regional indicó que está a la espera de que el alcalde Alberto Undurraga y los empresarios afectados inicien también una demanda civil por daños a la propiedad.
Provoste, por su parte, dijo lamentar profundamente «las escenas de violencia, el dolor que ha significado para tantas familias que han visto que el esfuerzo que han realizado desde el punto de vista microempresarial se haya visto afectado por estas manifestaciones».
La secretaria de Estado dijo que el Ministerio tuvo una positiva reunión el lunes con la asamblea estudiantil de alumnos de secundaria, la que se va a repetir mañana jueves, tal como estaba planificado.
«Estamos haciendo el seguimiento conjunto a cada uno de los compromisos que son significativos en materia educacional, que fue a lo que la presidenta (Bachelet) se comprometió y nos parece incomprensible la actitud de los jóvenes», señaló.
Agregó que el gobierno ha ido respondiendo a los compromisos contraídos, citando entre otros, el caso de las más de 167 mil becas de gratuidad entregadas a los alumnos más necesitados para su inscripción en la próxima Prueba de Selección Universitaria.
Más de dos mil estudiantes de varias comunas capitalinas se concentraron ayer frente a la Corporación de Educación de Maipú para protestar por las pésimas condiciones de sus escuelas, la quiebra del ente educacional y la lentitud del Consejo Asesor presidencial.
Cuando el secretario general del organismo, Carlos Delgado, quien administra los colegios municipales, se negó a conversar con ellos en torno a sus demandas, derrumbaron las rejas de entrada y lanzaron piedras contra el edificio gubernamental.
Los estudiantes pidieron al funcionario municipal «soluciones de verdad» y «no más parches» en el sistema educacional. Lo invitaron a que fuera un día a sus colegios «a comer lo que comemos y a ducharse con agua fría en instalaciones con ratones».
«¿Por qué no cambian la estructura? ¿Por qué no luchan por nosotros, si somos su futuro, o no? ¿o somos simplemente sus clientes para que se llenen los bolsillos de plata?», preguntó el joven Schubert Fenero al atónitco funcionario, que obviamente no tenía respuesta.
Los estudiantes se enfrentaron luego a la policía, que con carros lanza agua y gases lacrimógenos trataron de dispersarlos, en una refriega que dejó 110 detenidos y cuantiosos daños en la vía pública y establecimientos comerciales.
Santiago de Chile, 10 de agosto 2006
Crónica Digital/PL , 0, 70, 3