Su imagen permanece más vigente que nunca en los problemas que enfrenta nuestro país. Inequidades, pobreza en el campo, hacinamiento en las ciudades, crisis medioambiental. ¿Qué estaría denunciando hoy, por ejemplo? ¿Hace falta la figura de un Cardenal Silva en Chile?
Un homenaje a la figura del Cardenal realizó el programa radial Melgando (que significa haciendo surcos en la tierra) producido por el Instituto Nacional de la Pastoral Rural (INPRU) de la Conferencia Episcopal. En esta ocasión, se invitó a dos representantes de las obras creadas por el Cardenal en el ámbito rural, como son el Instituto de Promoción Agraria (INPROA) y la Oficina Coordinadora de Asistencia Campesina (OCAC).
¿Qué diría el Cardenal hoy?, ¿Cuáles serían sus sueños? ¿Qué es lo que denunciaría?, estas y otras fueron las preguntas que se les formularon a los representantes de dos instituciones que llevan más de 30 años trabajando con pequeños agricultores del país, los más empobrecidos, a quienes no les llegan los beneficios de la modernidad y las espectaculares exportaciones agrarias.
Pocos saben todas las obras impulsadas por el Cardenal, a partir de su pensamiento tan adelantado para su época. Fue esta visión la que lo impulsó a gestar las raíces de la Reforma Agraria en el país, observando la necesidad de que la Iglesia diera el ejemplo y fuera la primera en ceder sus tierras para entregárselas a campesinos que vivían mal.
Su apoyo al mundo campesino
El Director Ejecutivo de la Oficina Coordinadora de Asistencia Campesina (creada en el año 1974 por el Cardenal), Iván Radovic, contó como nace la institución de la cual es su director desde su nacimiento. Cuando creó la OCAC lo hizo, viendo que los campesinos habían recibido la tierra de Reforma Agraria, pero luego no tenían como sembrar. Ustedes se preguntarán ¿Qué tiene que hacer un sacerdote con la plata de los campesinos para sembrar? Sin embargo, él un día me llamó y me dijo tenemos que hacer algo con los campesinos que están perdiendo sus tierras y las están vendiendo.
Como consecuencia de los efectos de la Contra Reforma Agraria surgen instituciones como la OCAC y el Instituto de Promoción Agraria (INPROA), justamente para apoyar al campesinado chileno empobrecido, organizándolo y asistiéndolo en las labores del cultivo de la tierra y la crianza de animales.
Estas dos creaciones del Cardenal: la OCAC e INPROA han crecido y ampliado su acción social. INPROA atiende a 8 mil familias al año, de las cuales sólo un 50% corresponden a proyectos agrícolas. OCAC, por su parte, apoya a más de 11 mil familias mediante proyectos agrícolas, de viviendas, de mejoramiento de las condiciones de habitabilidad, de empleo, entre otros.
Es así como iniciativas que partieron siendo de apoyo netamente al mundo campesino y rural han ido adaptándose a las nuevas necesidades de pobreza y miseria, tanto urbana como rural.
Un pensador revolucionario
Una de sus acciones más revolucionarios de su tiempo fue el solicitar ceder las tierras de la Iglesia a los campesinos, sentando las bases de la Reforma Agraria. Patricio Navarro, Director Ejecutivo del Instituto de Promoción Agraria (INPROA), rescata este proceso «como un movimiento que dejó una tremenda e incalculable herencia en nuestro país, inclusive para lo que es hoy la agricultura chilena».
El hecho de que el Obispado de Talca y Arzobispado de Santiago hayan entregado las tierras fue un testimonio que le cambió la vida a la gente. Cuando los campesinos dejaron de ser inquilinos y pasaron a tener sus terrenos, algunos pudieron inclusive brindarles una mejor educación a sus hijos y los mandaron a las universidades. Esto era algo impensable antes.
¿Qué le preocuparía al Cardenal?
Si bien gran parte de los sueños del Cardenal pudieron materializarse como la Reforma Agraria, la creación de la Vicaría de la Solidaridad, de las aldeas SOS para los niños, entre otras, hoy vería con mirada crítica aquellos sueños incumplidos, sobretodo, en el ámbito de las inequidades sociales y la concentración de la riqueza.
El mundo agrícola ha experimentado un crecimiento estrepitoso desde el punto de vista económico y se habla de Chile como una potencia agroalimentaria, sin embargo no se puede obviar la existencia de la tremenda pobreza en el campo, entre los pequeños agricultores que a duras penas subsisten de la tierra, porque carecen de recursos para implementar tecnología necesaria y de organización para enfrentar a las grandes empresas agrícolas.
Al respecto, Radovic agrega, que todavía existen 400 mil campesinos minifundistas que no tiene atención, son pequeños campesinos que ni siquiera los servicios del Estado le dan una mano. Ello, en medio de un Chile que se dice tremendamente rico y en donde la macroeconomía está funcionando, pero que anida terribles inequidades. Pienso si don Raúl viviera estaría pensando en cómo vive el 65% de los chilenos con $150 mil mensuales.
Estaría luchando por la situación de los temporeros, por los problemas medioambientales y ciertamente estaría muy abocado a luchar por la paz y contra la violencia en todas sus formas; le preocuparía la violencia que genera hoy la pobreza por ejemplo, destacó Navarro.
Radovic, que lo conoció personalmente, evoca cómo siempre tenía tiempo para almorzar y cenar con alguien. Usaba el lenguaje de San Pablo, en el sentido de que nada de lo humano lo consideraba ajeno a él. Siempre estaba preocupado por saber cuáles eran las necesidades de las personas y en qué estaba fallando la Iglesia.
Pienso que por su personalidad, estaría preocupado por la postura que ha asumido la Iglesia universal y chilena, que un poco está vuelta hacia adentro. Él estaría buscando la forma de volver a llevar a la Iglesia el servicio concreto de la gente, sostuvo.
El programa Melgando es emitido en 170 radioemisoras del país y conducido por Sergio Pirincho Cárcamo.
Por Equipo Iglesia Crónica Digital
Santiago de Chile, 14 de junio 2007
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