La actitud de la autoridad es similar a la que protagonizó el Ministerio de Educación en mayo último y que dio origen a la llamada revolución pingüina. Consecuencia de ello fue la paralización de las clases la multiplicación de las tomas y la renuncia del titular de Educación Martín Zilic.
Por su parte, la ministra de Educación, Yasna Provoste, volvió a justificar la acción de Carabineros en los desalojos registrados este martes y desestimó las razones del llamado paro de advertencia que se concreta hoy.
La secretaria de Estado dijo a los medios de comunicación que los hechos de violencia no le hacen bien al movimiento estudiantil ni al país en general y agregó que se «deben evitar la medidas extremas» que han hecho un «grupo minoritario» que se han tomado los colegios. Sus palabras recuerdan pasados autoritarios que la mayoría de los chilenos quieren olvidar.
Consultada por la cancelación de matrículas asumida por el municipio de Providencia contra los alumnos del Liceo José Victorino Lastarría, dijo que eso es parte de las atribuciones de los gobiernos locales y en ese sentido dijo que no ha hablado con el alcalde Cristián Labbé.
Santiago de Chile, 18 de octubre de 2006.
Crónica Digital /Agencias
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