‘. En los procesos vividos en Perú, Ecuador y México, los resultados de la elección se plantean con mayor o menor grado de conflictividad , llegándose en el caso de México a tener un gabinete paralelo con un masivo descontento del hecho electoral.
En Chile, Brasil, Bolivia, Uruguay y Nicaragua, no se manifiesta un desconocimiento de las elecciones. Hay un reconocimiento al ganador y en especial en los cuatro últimos países, se manifiestan señales de esfuerzos de cambio buscando opciones alternas hacia modelos económicos, políticos y sociales incluyentes, tomando distancia de la visión excluyente predominantemente mercantil impulsada desde el llamado Consenso de Washington, con las políticas neoliberales impulsadas por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio.
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En Estados Unidos se realizan elecciones significativas como expresión de una buena parte de su población, que pretende dar un vuelco a la agresiva política exterior de guerra preventiva, impulsada por el gobierno del presidente Bush. Probablemente mucho más que en ocasiones anteriores, la elección de los representantes del Congreso y un tercio del Senado, sea al menos un termómetro de importancia para tratar de asumir una perspectiva ética en las relaciones exteriores de la principal potencia militar del mundo. Tan cuestionada mundialmente por sus cárceles secretas, sus Guantánamo y sus mentiras descubiertas como pretexto para justificar invasiones.
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Está en juego probablemente hoy más que en cualquier otro momento, la necesidad de recuperar la democracia como construcción ética.
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El reelecto presidente Lula de Brasil afirmó que pretende gobernar para todos; pero preferentemente para los pobres y excluidos con base en tres ejes: desarrollo, distribución del ingreso y educación de calidad. Leonardo Boff, afirma al respecto: para quien viene de la teología de la liberación estos ejes representan colirio para los ojos. Estos tres ejes pueden orientar la historia de nuestro país con menos diferencias y más inclusión social, solo tenemos que apoyar tal propósito. Sin embargo, analiza la necesaria incorporación responsable de un cuarto eje temático que estuvo a su juicio ausente durante la campaña.
Ese es el eje ecológico que impregne la política y la economía. Pues a su juicio las cuestiones económicas, políticas, sociales, éticas y espirituales son interdependiente. Y advertir que el tipo de desarrollo y de educación dominantes están destruyendo el planeta Tierra. Cuestión que debe ser crucial en un cambio democrático incluyente profundo.
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En la Venezuela en transformación, la población sabe lo que significa recuperar una democracia que por cuarenta y ocho horas pareció perdida durante abril de 2002. De allí hasta ahora, la población sabe que sus problemas internos de la democracia deben superarse con más y mejor democracia. Más incluyente, socialmente más responsable, para lo cual las misiones emprendidas son valoradas como una vía útil. Debe ser también ecológicamente más cuidadosa. Cuestiones que sólo se logrará con una población que tanto desde el gobierno como desde la oposición valoren su democracia con contenido ético en beneficio de todos y en especial de los más pobres. ,
Por: Guido Zuleta Ibargüen desde Caracas.
Santiago de Chile, 9 de noviembre 2006
Crónica Digital
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