«Su libertad es un peligro para la sociedad, en atención al número de delitos que se le atribuye», comentó el magistrado Alejandro Solís, a cargo de la causa que se le instruye por 23 casos de torturas, un homicidio y 34 secuestros durante su régimen militar.
Pinochet, quien había sido interrogado y procesado la pasada semana por Solís, fue notificado del fallo a las 12:00 horas (15:00 GMT) por dos secretarias de la Corte de Apelaciones de Santiago, quienes acudieron hasta su domicilio en representación del magistrado.
La decisión de mantenerlo bajo arresto domiciliario y no en una prisión está dada en atención a su avanzada edad (cumplirá 91 años en noviembre próximo), explicó el juez en declaraciones formuladas desde su despacho en los tribunales.
Solís rechazó la pasada semana una solicitud de sobreseimiento de la causa formulada por la defensa del ex gobernante, que apeló nuevamente a su presunta incapacidad mental para enfrentar un juicio justo en los tribunales.
Aunque aún no se ha pronunciado, la defensa de Pinochet puede apelar la decisión del juez y en ese escenario serán las cortes de Apelaciones y Suprema las que digan la última palabra.
Esta es la primera vez que el general en retiro enfrenta cargos por torturas en una resolución que es vista con buenos ojos por agrupaciones de derechos humanos que estiman que así se podrá avanzar más en estas causas.
El procesamiento y detención de Pinochet tiene relación con el secuestro permanente de 36 personas, el asesinato de una y las torturas que sufrieron otras 23 en Villa Grimaldi, centro controlado por la desparecida Dirección de Inteligencia Nacional (DINA).
Por este caso, que está subdivido en diversos episodios, el juez Solís ya dictó procesamientos y condenas contra el general (r) Manuel Contreras (ex jefe de la DINA) y los ex oficiales Miguel Krassnoff, Marcelo Morén Brito, Pedro Espinoza y Basklay Zapata, entre otros.
Enfrentado a decenas de procesos desde 1998, el ex dictador ha logrado evadir la justicia hasta ahora y aunque es altamente improbable de que vaya a la cárcel, una sentencia judicial tendrá un alto significado moral e histórico.
Consciente de que ese es el rumbo del proceso por los delitos cometidos con los prisioneros en Villa Grimaldi, además de la reconocida celeridad con que actúa Solís, su defensa se juega la carta de sacar a Pinochet de la causa.
Santiago de Chile, 30 de octubre 2006
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