Voceros del gremio indicaron que llevarán a cabo un plebiscito ciudadano en Antofagasta, capital de la II Región donde funciona la transnacional minera, para iniciar el debate sobre la conveniencia de renacionalizar el metal rojo.
Los dirigentes del sindicato, que lograron arrancarle un histórico acuerdo a uno de los más poderosos consorcios mineros del mundo, esperan encontrar el apoyo en esa lucha de los trabajadores de la Confederación Nacional del Cobre (Codelco).
El gremio de la División Andina, una de las más importantes del ente estatal, siguió muy de cerca el desarrollo del conflicto de Escondida e indicó que el arreglo alcanzado servirá de ejemplo para las tratativas que inician con la empresa en octubre próximo por nuevos contratos laborales.
Según el economista Orlando Caputo, ex gerente de Codelco durante el gobierno del presidente Salvador Allende (1970-1973), la idea es potenciar el tímido debate instalado al alero de la huelga para intentar cambiar la política vigente.
Caputo, quien lidera actualmente una comisión nacional de defensa del cobre, subraya que el esfuerzo busca impedir que las voluminosas utilidades de las transnacionales mineras -que controlan el 67 por ciento de la industria- se vayan con tanta facilidad del país.
El economista -uno de los más destacados especialistas de la materia en el país- proporcionó importante información al sindicato de trabajadores de Escondida para ayudarlos en las negociaciones, que concluyeron con un cinco por ciento de reajuste salarial.
«Los gastos de salario en Escondida es apenas el uno por ciento de las utilidades de ese consorcio internacional, que solamente en los seis primeros meses de este año obtuvo ganancias por casi tres mil millones de dólares», afirmó.
La ejecución del plebiscito anunciado por el sindicato tendría el apoyo de la alcaldía de Antofagasta, ciudad que vivió a la par con los mineros el desarrollo del conflicto, debido a la dependencia que tiene la ciudad de los ingresos que reciben los trabajadores.
Según Caputo, la iniciativa obedece a que los mineros de Escondida internalizaron, a través de la extraordinaria repercusión que tuvo el paro en importantes diarios del mundo, lo gravitantes que son en el concierto del mercado mundial del metal rojo.
«Había que defender la realidad, lo que dicen las cifras. Y ese fue mi aporte en Escondida. Entregarles antecedentes objetivos, cifras, nuestros estudios de años», indicó, tras señalar que pudiera ocurrir lo mismo en Coldelco, que en octubre inicia un proceso similar.
El especialista negó que los costos de la gigante estatal chilena hayan aumentado considerablemente como afirma el ministro de Hacienda, Andrés Velasco. «Eso es parte de una campaña del gobierno para neutralizar el reclamo de los sindicatos», puntualizó.
Pese a las presiones, el ex gerente general de Codelco espera que los trabajadores de la División Andina absorban lo vivido en Antofagasta, «tal como los de Escondida recibieron de muy buena manera la solidaridad de los mineros de Los Andes».
«Estoy contento, porque así como ha pasado con los estudiantes secundarios, ahora hay un nuevo cuadro sociopolítico con la suma de los mineros», sostuvo el economista al comparar el paro de Escondida con la protesta estudiantil que estremeció al país en mayo pasado.
El cobre -principal fuente de ingreso del país- fue nacionalizado por el presidente Allende en julio de 1971. Tras el golpe militar dos años después, comenzó el proceso de privatizaciones, que fue acelerado a partir de los años 90 por los gobiernos de la Concertación.
Santiago de Chile, 4 de septiembre 2006
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