CUBANOS DE MIAMI RESPONDEN A CRÓNICA DIGITAL

LA DEMOCRATIZACIÓN DE CUBA, PARTICIPACIÓN CÍVICA FRENTE A ATRINCHERAMIENTO TOTALITARIO

Miguel Saludes

Un largo escrito aparecido en Crónica Digital y bajo la firma del director periodístico de esa página, pone gran énfasis en satanizar a la Democracia Cristiana de Cuba. La gastada fraseología del sistema castrista aflora en todas las partes de esta exposición informativa. Pareciera que los encargados de mantener el poder en La Habana ven con preocupación el incremento del trabajo político de ODCA con la nueva presidencia de Manuel Espino y Marcelino Miyares como Vicepresidente de Acción Política para el organismo latinoamericano. Pero se abstienen de manifestarlo directamente.

Víctor Osorio, autor del artículo, aplica los métodos que utiliza el castrismo para desacreditar o restar fuerza a quienes se le oponen, o simplemente discrepan de sus métodos. Es la fórmula a la que invariablemente han recurrido los voceros del totalitarismo. Mientras el Gobierno cubano aboga por el atrincheramiento frente a los exiliados que reclaman la democracia en la Isla, utilizando un discurso enquistado en el pasado, busca el acercamiento con la contraparte norteamericana que tuvo un peso considerable en los hechos de la historia reciente. En su insistencia en desconocer a los cubanos del exilio terminan por obviar la posición del PDC contra el embargo estadounidense o la postura abierta al diálogo que mantiene la organización demócrata cristiana.

El trabajo rubricado por el señor Osorio aparece en un momento interesante. Durante noviembre Chile será anfitrión de la Cumbre Iberoamericana. La Democracia Cristiana tiene un gran peso en la vida política de la nación andina, víctima por más de dos décadas de una cruenta dictadura militar. Precisamente muchos coinciden en señalar al Gobierno cubano como uno de los factores responsables de aquella tragedia. Los injerencistas por naturaleza ahora quieren llamar la atención sobre ciertas pretensiones de “cubanizar” dicha Cumbre. Así se refieren a los esfuerzos que indudablemente y de manera válida se realizarán para, una vez más, buscar el apoyo internacional ante la falta de derechos que vive el país antillano.

Varios pueden ser las intenciones que se esconden detrás del escrito. El primero marcar con un golpe bajo a los miembros de ODCA Cuba, principalmente al PDC y al Movimiento Cristiano Liberación, previendo que la voz de sus dirigentes sea escuchada con mayor atención en el evento a celebrarse en Chile. Este ataque, donde una vez más se utiliza el membrete de asalariados del Imperio contra los disidentes y los exiliados cubanos, no sólo intenta aminorar, sino anular cualquier gesto de estos actores ante la opinión pública. Por ello las desinformaciones, como la de vincular la concreción del Proyecto Varela a manipulaciones dirigidas desde la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en la capital cubana.

Otro objetivo sería provocar el debate político sobre la situación cubana en el marco chileno. Dicho a la manera del título que encabeza el escrito de Osorio, cubanizar la cumbre pero bajo los intereses del régimen castrista. De esta manera buscan colocar a la Presidenta Michelle Bachelet entre el mantenimiento de relaciones cordiales con el régimen cubano, ahora vinculado fuertemente a los intereses petrofinancieros y políticos de Caracas, y el pronunciarse en favor de la democracia en la Isla caribeña.

Finalmente queda la sutileza de crear la desconfianza entre quienes desde el exterior y el interior se esfuerzan por lograr cambios en Cuba. A despecho de la longitud del material, se utiliza una minuciosa exposición de datos, nombres, hechos y hasta párrafos sacados de otros contextos. Todos estos aportes informativos que pudieran ser vistos como producto de un exquisito confidente, realmente han sido obtenidos de los mismos eventos y textos donde de manera abierta fueron dados a conocer. Ejemplo de lo anterior son las citas de la conferencia efectuada en la Universidad de la Florida. La poca originalidad del autor deja en evidencia la manera en que fueron entresacadas las oraciones escogidas de sendas crónicas publicadas en aquel momento y que la misma página del PDC se encargó de reseñar.

Ante estas maniobras quedan dos opciones. Hacer un trabajo abierto y diáfano en pro de la democracia en Cuba o ponerse el disfraz de los conspiradores. La primera es la mejor alternativa para quienes caminan con la luz de la verdad. La construcción paciente de la sociedad civil en nuestra Patria será la mejor recompensa frente a tantas mentiras y difamaciones.

Al periodista chileno Víctor Osorio Reyes tal vez en esta ocasión le otorguen por su colaboración un estímulo mejor que la Mención recibida durante la Octava versión del Premio Latinoamericano de Periodismo José Martí, patrocinado por Prensa Latina.

NUESTRA RESPUESTA

1. Una primera observación para los lectores chilenos. Miguel Saludes García hoy es el Director de Comunicaciones del PDC cubano en Miami. Nació en La Habana el 15 de agosto de 1959. Se graduó en 1978 de técnico en Construcción Naval, especialidad que desarrolló como técnico principal durante 13 años en la Empresa Nacional de Astilleros, entidad de propiedad estatal. En la primera década, no hemos logrado encontrar datos de alguna presunta disidencia suya con el Gobierno de Cuba. Al contrario, incluso disfrutó de la confianza del Estado cubano, que lo envió a Polonia –entonces gobernada por el “comunismo”– en un plan de adiestramiento en su especialidad.

Cuando el “socialismo realmente existente” en la Unión Soviética y Europa del Este se derrumbaban a fines de los 80, e irrumpía el “período especial” en Cuba con su carga de penurias económicas para la población, Saludes tomó el camino de la “disidencia”. Así, en 1990 se habría incorporado al “Movimiento Cristiano Liberación”, ahora uno de los cuatro grupos de origen cubano que integran la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA).

Fue el inicio de su camino en la “disidencia”. A pesar de no ser periodista, se convirtió en uno de los “periodistas independientes” que Estados Unidos ha promovido en la Isla, publicando trabajos en la Agencia Cubanet de Miami, uno de los organismos receptores de los millones de dólares que Washington ha asignado para la desestabilización del Gobierno de Cuba a través del NED y la USAID.

Uno de aquellos artículos, por citar un ejemplo, fue un apasionado homenaje al fallecido ex Presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, en que concluía: “El Imperio del Mal continúa bajo otras formas, pero el que él combatió se desdibuja en el tiempo en parte gracias a su intervención. Satisfecho, se aleja de manera definitiva”.

El paso de Saludes al reconocimiento internacional comenzó en la década actual, en el momento que se convirtió en el brazo derecho de Osvaldo Payá en el llamado “Comité Ciudadano Gestor del Proyecto Varela”.

Después que un grupo de 23 jóvenes católicos cubanos que participaron en una Jornada Mundial de la Juventud efectuada en Toronto, Canadá, decidieron quedarse en ese país y pedir refugio político, Saludes aseveró que “lo que debieron hacer (es) quedarse en la Isla y asumir una postura cívica y sin miedo, como aconsejó el Papa en 1998 en Cuba”.

Sin embargo, en el primer semestre de 2005 el mismo Miguel Saludes abandonó Cuba y se radicó en Estados Unidos, asumiendo su actual cargo en el PDC cubano en Miami.

2. Como manifestó Saludes refiriéndose al trabajo de Crónica Digital, todos estos datos sobre su trayectoria que ahora presentamos no proceden de un “exquisito confidente”, sino que “realmente han sido obtenidos” de los sitios anticastristas “donde de una forma abierta” han sido dados a conocer.

En rigor, no comprendemos el sentido de aquella “crítica” al trabajo de Crónica Digital: nunca se indicó que procedieran de un “exquisito confidente” y efectivamente fueron el resultado de una acuciosa revisión analítica de antecedentes divulgados en forma abierta por la misma ODCA, el PDC cubano de Miami y otras organizaciones anticastristas. Ello en nada cuestiona que el trabajo de Víctor Osorio efectivamente proporciona una “minuciosa exposición de datos, nombres y hechos”, que en Chile no eran conocidos. Más aún, el valor informativo de aquella crónica radica precisamente en el hecho que su sustento exclusivo son fuentes originadas en el mundo anticastrista.

En este mismo sentido, más profundo asombro nos provoca constatar que el artículo de Saludes en nada desmiente el trabajo de Osorio. ¿Qué es, entonces, lo que cuestiona? ¿Qué no se escribió en un tono de obsecuente alabanza? Peor: la pretendida crítica o desmentido de Saludes en última instancia confirma lo señalado por Osorio, pues alude a “los esfuerzos que indudablemente (…) se realizarán (por parte de los anticastristas durante la Cumbre) para, una vez más, buscar el apoyo internacional”… ¿Cuáles son, entonces, las “mentiras” y “difamaciones” del artículo?

Saludes pregunta por “las intenciones que se esconden detrás del escrito”. Pues bien, le respondemos: nuestra intención era informar respecto de una materia de evidente interés público para Chile, a propósito de la próxima Cumbre, un hecho de enorme importancia periodística. Como lo dice, casi al pasar, fue una “exposición informativa”.

El artículo de Víctor Osorio, como corresponde a todo texto de naturaleza periodística, se sustenta en hechos, en conformidad con el principio de veracidad inherente a nuestra actividad. Si se pretende cuestionar el trabajo, esperamos –entonces– que esa eventual crítica se haga en base los a hechos, no a puras descalificaciones gratuitas, que resultan sorprendentes cuando quien las emite dice formar parte de los que “caminan con la luz de la verdad” y se reconoce como demócrata y cristiano.

3. Miguel Saludes, seguramente, desconoce la realidad chilena. Así que nos permitimos precisarle: la totalidad del Equipo Periodístico y el Consejo Editorial de Crónica Digital son personas de probado compromiso con la causa democrática chilena.

Lo demostraron en los tiempos de la dictadura militar, ese mismo oscuro período en que desde Miami se realizaban manifestaciones públicas en defensa de la tiranía chilena y se publicaban trabajos en la prensa ensalzando a Pinochet, a quien incluso la Brigada 2.506 –en la que participó el Movimiento Demócrata Cristiano– le otorgó una condecoración que hoy se conserva en la Escuela Militar. Lo demostraron en esos duros tiempos, en los que desde Miami llegaban a Chile cubanos anticastristas para colaborar con la DINA en la “Operación Cóndor” y sus misiones extraterritoriales, incluyendo el intento de matar en una calle de Roma a un respetado líder de la Democracia Cristiana chilena, Bernardo Leigthon, y su esposa Anita Fresno.

Refiriéndose al período de la dictadura militar chilena, Saludes dice que “precisamente muchos coinciden en señalar al Gobierno cubano como uno de los factores responsables de aquella tragedia”. Es cierto que no pocos han formulado esta aseveración, ubicada en el ámbito de las interpretaciones históricas y de las controversias. Lo que no es un juicio interpretativo son los hechos descritos sobre la articulación del mundo anticastrista con el régimen de Pinochet.

Una de las expresiones del profundo compromiso democrático de Crónica Digital es su diversidad: en su Equipo Periodístico y Consejo Editorial convergen personas de muy diversa orientación ideológica, política y cultural, desde las diferentes expresiones de la izquierda social y política, pasando por figuras éticas del universo democrático (como el padre José Aldunate y el ex juez Juan Guzmán Tapia), hasta figuras de la Democracia Cristiana chilena.

Más aún, queremos precisarle que Crónica Digital no es una “página”, como la llama en su escrito, sino que es una empresa periodística expresada en un diario electrónico, con existencia legal en Chile.

4. Un par de observaciones adicionales. Primera: Saludes especula con que el origen del artículo de Osorio es que “los encargados de mantener el poder en La Habana ven con preocupación el incremento del trabajo político de ODCA con la nueva presidencia de Manuel Espino y Marcelino Miyares como el Vicepresidente de Acción Política para el organismo latinoamericano”.

Lamentamos no poder confirmar o desmentir la hipótesis de Saludes. Ignoramos cuál es la posición del Gobierno de Cuba respecto de esta nueva etapa que vive la ODCA, más allá de las inferencias que al respecto podemos realizar. Para su tranquilidad espiritual, nos comprometemos a investigar sobre la materia.

Mientras tanto, estamos en condiciones de señalar que –según trascendió en la prensa chilena– la propia presidenta del PDC de Chile, Soledad Alvear, envió una carta al hoy presidente de la ODCA, Manuel Espino, representándole su molestia por la pretensión de intervenir en asuntos políticos internos del país, empujando a esta colectividad hacia una alianza con la centro–derecha (sector que representa las fuerzas que sustentaron a la dictadura militar).

Lo concreto es que Saludes pierde completamente su tiempo pretendiendo descalificar el texto por la vía de sugerir que es una maniobra del “sistema castrista” o una expresión de los “voceros del totalitarismo”. Estas frases no son más que el viejo y desprestigiado recurso de la falacia. Por cierto, es muy curioso que haga esta acusación cuando –en el mismo escrito– admite que las fuentes de información de Osorio tuvieron su origen en el mundo anticastrista.

Segunda y última observación: Saludes califica como maniobra de “desinformación” el dato de la vinculación del “Proyecto Varela” con la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en Cuba. ¡Pero la referencia respecto a esta materia es una entrevista que otorgó a “El Nuevo Herald” de Miami la ex jefa de la Sección de Intereses del país del norte en La Habana, Vicky Huddleston!… Por tanto, le recomendamos que su reclamo, en este específico punto, lo transfiera a la redacción de ese diario de Miami o, mejor, a la propia Casa Blanca.

Al respecto, es interesante que Saludes critique que se desconozca “la posición del PDC contra el embargo estadounidense” o que se sugiera que son “asalariados del imperio”. No parece coherente, entonces, que una de las organizaciones de Miami que integran la ODCA, el Directorio Democrático Cubano, sea uno de los principales receptores de los fondos que Estados Unidos asigna al mundo anticastrista en el marco de su política de bloqueo a la Isla, o que la Agencia Cubanet –misma que publicó los trabajos de Saludes como “periodista independiente”– también sea beneficiaria de aquellos recursos.

Crónica Digital

Santiago de Chile, 24 de septiembre 2007
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