Pero como soy un cristiano de esos que no hay que confundir con la Curia Romana ni el Vaticano, sino cristiano seguidor únicamente de Jesús, pienso que la vida de esos héroes de Chena, asesinados como si fueran basura, puede tener un valor inmenso para unirnos.
Si ellos pudieran hablar con nosotros, si los de la matanza Santa Maria pudieran hablar con nosotros, quizás nos dirían: que nuestras muertes sirvan para darle justicia y unidad a ustedes que están vivos, pero sufriendo una muerte lenta, angustiosa, cada día sobran mas en este Chile neoliberal, cada día les roban millones de dólares en oro, cobre etcétera. Úsennos de moneda de cambio para cambiar la Constitución al estilo Ecuador. Si persisten en que la Justicia actual se pronuncie, deberán esperar 19 anos más antes que lo haga, porque ni EE.UU. ni la Concertación ni las FF.AA. aceptaran que se aceleren los juicios.
Lean la Segunda del 4 de Junio 2007, pagina 28 y díganme si no dan ganas de emigrar.
Seguramente encenderé la rabia de los familiares al sugerir cambiar los juicios de sus mártires por una Constitución que devuelva Chile a los chilenos, pero no es que YO quiera eso, sino que intuyo que ELLOS, NUESTROS MUERTOS, nos dirían: que al menos nuestras muertes sirvan para darles vida y Patria a ustedes. Darles equidad y justicia a los vivos.
Alemania Oriental y Occidental, Corea del Norte y del Sur tuvieron quizás miles de muertos «porque me da la gana». Vietnam del norte y del sur igual cosa. Pero en vez de intentar juzgar a los asesinos durante 40 anos, decidieron que los muertos entierren a sus muertos y con su acto heroico, ELLOS les regalaron su vida a los vivos.
Seguir la estrategia actual de no ceder, significa que en 40 anos mas, cuando todos los asesinos estén muertos de vejez, la justicia revelara donde, como y quienes. Pero eso le quita a los muertos la posibilidad que su desaparición sea un regalo para la vida de los oprimidos por la globalización elitesca y el neoliberalismo usurpador de los Fondos de Pensiones.
Es como decir «los principios no se transan jamás a ningún precio» Esta bien. Pero al menos yo, modestamente, creo que Jesús no pidió vengar su muerte, más bien pidió aprovecharla para dar paz a los vivos. De ahí viene su frase «dejen que los muertos entierren a sus muertos» En estos anos miles de chilenos mueren lentamente por no tener otra cosa a la que aferrarse que la droga, mientras nosotros seguimos manteniendo todos los reflectores apuntados a la Justicia para que se mueva rápido (cosa que – en mi opinión – se las arreglara para NO hacer). Eso impide que nuestros seres queridos sean moneda de cambio por una Constitución al estilo Ecuador.
Pido perdón si ofendo a alguien. Yo tengo un hermano que murió tal vez por consecuencia de palizas. Nunca lo sabré. Tuvo un derrame cerebral en Inglaterra, a los 2 meses de llegado en diciembre de 1973. Se llamaba Juan Cristóbal y asilo gente en las embajadas hasta que por milagro logro asilarse el mismo, antes que lo agarraran.
Por Carlos Tomic
Santiago de Chile, 8 de octubre 2007
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