La verdad es que a esta slaturas resulta incomprensible el lobby que despliega la DC contra Venezuela, señaló Navarro.
Agregó que éste pareciera no tener límites, porque no les ha importado lesionar la facultad presidencial de dirigir la política exterior y porque han convertido un tema, que por cierto es opinable, en un tema de principios que está dañando nuestra política interna, y deteriorando las relaciones al interior de la Concertación.
El legislador dijo que la solicitud de expulsión del embajador venezolano por parte de una Cancillería casi irreconocible por su vehemencia, sienta un peligroso precedente, primero, porque es la primera vez que se le pide a un país que retire su embajador, y en segundo lugar, porque de ahora en adelante todos los embajadores deberán ser medidos por la misma vara.
Navarro insistió en la existencia de un afán por demonizar las declaraciones del embajador Delgado, cuando se refirió al hecho cierto de que la DC fue opositora a Allende, como si hubiera dicho que nadie sabe, cuando ese dato sale hasta en los textos escolares. En cambio, no existe esa misma voluntad para reparar el error histórico de la Cancillería, de respaldar el intento de golpe de Estado en Venezuela, sin que hasta hoy día alguien haya pedido públicas disculpas.
De hecho -recordó- hasta el día de hoy hay muchos que, como dicen los jóvenes, han pasado piola por esa vergonzosa situación que, al final, se cortó por lo más delgado que fue la salida de nuestro embajador en Venezuela. Lo claro es que un país como el nuestro, bajo ninguna condición puede volver a respaldar una intentona golpista en ningún país del mundo que, por lo demás, es una forma clara de ingerencia en la política interna de países amigos.
Santiago de Chile, 26 de septiembre 2006
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