La repentina intervención quirúrgica del Presidente, Fidel Castro, sin duda ha provocado un hecho político de proporciones en el mundo. Para quienes comparten los ideales revolucionarios del líder cubano su enfermedad es motivo de preocupación y creciente solidaridad pero, para los amigos del imperio del norte esta debilidad en la salud del Comandante es la oportunidad para desplegar una nueva campaña internacional en contra de Cuba y su revolución.
En los últimos días, las cadenas internacionales de noticias muestran a cientos de disidentes cubanos y ciudadanos estadounidenses anticastristas de Miami como celebraban y se frotaban las manos por el hecho que el Presidente de Cuba, Fidel Castro Ruz, delegaba en su hermano y primer vicepresidente, Raúl Castro, el mando del gobierno revolucionario.
La imagen más allá de mostrar una posición política contraria al régimen cubano deja entre ver en la audiencia televisiva internacional el odio irracional y la carencia de toda humanidad que caracterizan estos grupos anticastristas.
Estas expresiones de algarabía no son más que el resultado socio-cultural de 47 años de campaña propagandista contrarrevolucionaria impulsada por el imperio Norteamericano a través de la CIA. Todos los años, han sido miles de millones de dólares los destinados a desestabilizar económicamente a la Isla, sin poder lograrlo.
Han sido cientos las operaciones militares encubiertas que han propiciado el gobierno de La Casa Blanca mediante el financiamiento secreto de organizaciones como la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), la misma que encabezó las manifestaciones recientes en Miami tras conocerse el delicado estado de salud del Comandante de la Revolución Cubana.
La FNCA es la principal organización política y paramilitar de la disidencia cubana en Estados Unidos y cuenta con millonarios recursos económicos entregados por el Gobierno Norteamericano a través de la Central Inteligencia Americana (CIA). En sus filas, han encontrado financiamiento y protección mercenarios como Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, ambos responsables de la explosión del avión de Cubana de Aviación en Barbados – Venezuela en 1976 y que costó la vida de 73 personas.
Para Chile la presencia e intervención criminal de estas organizaciones contra revolucionarias que celebraban la enfermedad de Fidel Castro no es ajena. Entre sus miembros cubanos más destacados se encuentran personajes como Virgilio Paz y José Dionisio Suárez quienes fueron sindicados como complotadores en el asesinato en Washington del ex canciller Orlando Letelier y su secretaria Ronny Moffit en 1976 y que, posteriormente, fueron liberados por George Bush padre. En este crimen, también esta acreditada la participación de la DINA y de los agentes Michael Townley y Armando Fernández Larios, ambos gozan de plena libertad en Estrados Unidos.
Los mal llamados luchadores por la libertad para Cuba también han operado como brazo paramilitar de la CIA a través de la Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), organización terrorista creada en 1976 en Banao, República Dominicana, y que reunió a la elite de los servicios secretos de las dictaduras militares en la década de los ´70 en América Latina. El objetivo de la CIA, encabezada por George Bush padre en esos años, era evitar que estos grupos de extrema derecha cubana operaran en territorio norteamericano y que, además, defendieran los intereses del Imperio del norte colaborando en la represión de los movimientos revolucionarios en el continente.
Ya nadie desconoce que el CORU y los grupos anticastristas se pasearon por América latina asesorando a los servicios secretos como la DINA en Chile en la llamada Operación Cóndor. Posada Carriles estuvo en nuestro país y se presume que participó en el asesinato y tortura del diplomático español Carmelo Soria ya que estaría acreditada su presencia, en ese período, en la casa de Michael Townley y Mariana Callejas.
No hay que olvidar que estos mismos grupos anti revolucionarios que hoy están organizando las manifestaciones públicas en Miami, tienen con el objeto de crear la sensación de inestabilidad política en Cuba tras la delicada salud del Comandante Fidel Castro y, para ello, utilizan y utilizarán las cadenas informativas norteamericanas para exigir por mayor democracia para la Isla. Como sí la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) conociera el concepto que hoy dice pregonar porque su currículo dice todo lo contrario dado que esta lleno de mercenarios, asesinatos y corrupción. Afortunadamente, las campañas contra Cuba nunca han podido abatir la conciencia del pueblo cubano y de quienes solidarizan con el primer territorio libre de América y, ténganlo por seguro esta no será la oportunidad.
Por: Roberto Portilla A. El autor Periodista y Editor General de Crónica Digital
Santiago de Chile, 2 de agosto 2006
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