Ravinet negó que su país hubiera vendido ilegalmente armas a Quito durante el conflicto con Lima por límites amazónicos en 1995, como aseguró el lunes el ex jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de ese país, Víctor Bayas.
El secretario de Estado subrayó que «luego de una exhaustiva investigación» se concluyó que «los antecedentes que obran en nuestro poder confirman plenamente lo ya señalado por el Gobierno, mediante una declaración oficial del 5 de febrero de 1995».
El tema, por tanto, no es nuevo, y la respuesta chilena se remite a declaraciones de la época cuando comenzaron a surgir entonces denuncias en tal sentido y el general Augusto Pinochet mantenía prácticamente intacto su poder como jefe del Ejército chileno.
El desmentido de las autoridades no logró, sin embargo, opacar las declaraciones formuladas unas horas antes por la abogada de derechos humanos Carmen Hertz, querellante en el caso de las cuentas secretas de Pinochet en el banco norteamericano Riggs.
La jurista dijo que solicitará al juez Sergio Muñoz que indague los negocios de la Fábrica de Maestranzas del Ejército (FAMAE) debido a que existen «antecedentes fundados» de que parte de la fortuna del ex gobernante proviene del comercio de armas con países embargados.
Hertz puso el dedo en la llaga cuando demandó que se termine con el secretismo y la falta de control y fiscalización democrática en las Fuerzas Armadas. «FAMAE hace prácticamente lo que quiere pues no tiene controles de ninguna naturaleza», dijo Hertz.
La abogada recordó que los tres informes del Senado de Estados Unidos sobre las cuentas de Pinochet en el Banco Riggs y otras instituciones «aluden a que una parte importante de su fortuna proviene del comercio de armas a países embargados».
Hertz dijo que ellos, como querellantes, también tienen antecedentes fundados para pensar de esa manera.
En sus acusaciones, hechas desde la clandestinidad al diario El Comercio, Baya involucra también en el comercio clandestino de armamentos a la Argentina gobernada por el ex presidente Carlos Menem, sobre quien pesan, al igual que Pinochet, varios cargos de corrupción.
También hace mención a que las compras eran del conocimiento de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, organismo que desarrolló fuertes vínculos con Pinochet en la coordinación de la Operación Cóndor.
El gobierno del presidente Menem también disfrutaba de una relación privilegiada con Estados Unidos.
En la coyuntura actual, las relaciones entre Chile y Perú atraviesan por un buen momento y parece poco probable que sus autoridades estén interesadas en desempolvar un episodio que, por otra parte, sería para Lima muy difícil de esclarecer.
El embajador peruano en Santiago, José Antonio Meier, descartó la víspera que las presuntas ventas de armas de Chile a Ecuador en 1995, aún cuando fueran confirmadas, vaya a tensar las relaciones bilaterales.
El diplomático destacó «los fluidos vínculos» entre autoridades gubernamentales y militares de ambos países y adjudicó la polémica al «ruido mediático».
Meier señaló que a su juicio «el ruido es, creo, que mediático, porque desde el punto de vista de los gobiernos estamos con un fluido diálogo a nivel de las más altas autoridades políticas y militares».
Sin embargo, los antecedentes pueden servir
para abrir nuevas brechas en la investigación de la fortuna de Pinochet y la participación del Ejército en el contrabando de armas.
, 0, 42, 3