Con la fuerza del amor de mi familia, con la fuerza del apoyo de ustedes asumo la responsabilidad que los ciudadanos me han encomendado, y trabajaré incansablemente por nuestra nación, aseguró en medio de un mar de banderas de todos los colores políticos.
En un escenario ubicado en las afueras de su comando en el Hotel Plaza San Francisco, la candidata -vestida de traje azul- agradeció el apoyo entregado por sus adherentes quienes llegaron a celebrar el histórico día en que se convirtió en la primera mujer Presidente del país.
Bachelet, una médico socialista de 54 años, obtuvo tres millones 631 mil 448 sufragios para el 53,51 por ciento, mientras su rival, Sebastián Piñera logró tres millones 154 mil 376, el 46,48, escrutados el 99 por ciento del total de votos validos.
«Gracias por elegirme para liderar a Chile en esta travesía, yo también recorrí un largo camino para llegar aquí esta noche, ustedes lo saben, no he tenido una vida fácil, pero quién ha tenido una vida fácil», subrayó con la voz entrecortada por la emoción.
Hija de un general de la Fuerza Aérea que murió en una celda de la dictadura por oponerse al golpe militar, dijo que por haber sido víctima del odio, ha consagrado su vida a revertir ese sentimiento y «y convertirlo en comprensión…y por qué no, en amor».
«Hay alguien que estaría sin duda muy orgulloso en este momento, un hombre al que quisiera poder abrazar esta noche, ese hombre es mi padre, Alberto Bachelet, heredé de él su amor por Chile y por todos los chilenos sin distinciones.. siento que estoy cerca de él», destacó.
Bachelet aprovechó la ocasión para enviar un mensaje de reconciliación y reconocimiento para el resto de los candidatos, incluyendo al humanista Tomás Hirsch, del pacto de izquierda Junto Podemos Más, quienes se comprometieron a votar por ella, tras proponer cinco puntos y Bachelet se comprometiera a complirlos.
Quiero también saludar a la gente que votó por Joaquín Lavín y Tomás Hirsch en primera vuelta. Saludo a toda la gente que votó por el Juntos Podemos en primera vuelta y que estuvo por nosotros en esta jornada, señaló la mandataria electa, ante los aplausos de los asistentes.
La presidenta electa se comprometió a realizar avances en educación y salud y a tener un gobierno paritario entre hombres y mujeres, con la mejor gente porque «Chile así lo merece».
Dijo que el 11 de marzo marcará el comienzo de un nuevo estilo en la política nacional «porque lo que está en juego es la risa de nuestros niños, la tranquilidad de nuestros padres, el bienestar de nuestros trabajadores, la felicidad de nuestra gente».
«Tengo una agenda ambiciosa, que emprenderé el mismo día que entre a La Moneda. Son tan sólo cuatro años, y no hay tiempo que perder», enfatizó.
Aseveró que inaugurará un gobierno más dialogante y paritario centrado en tareas de corte social, como la reforma previsional, y aseguró trabajo digno para todos, especialmente para los marginados que en nada se han beneficiado de los logros económicos del país.
Con la bandera chilena flameando como único adorno en el fondo y una emoción que a ratos le robó la voz, recalcó que el triunfo no fue de una persona, ni un sólo partido. «Es el triunfo de todos, es el triunfo de Chile», remarcó.
Exhortó a todos los sectores políticos a trabajar para demostrar al mundo «que una nación puede volverse más prospera sin peder su alma, que se puede generar riqueza sin contaminar el aire que respiramos o el agua que bebemos».
En un claro mensaje al empresariado privado recalcó «que se puede estimular a los que emprenden y avanzan, pero al mismo tiempo auxiliar a los que se quedan atrás, que se puede construir un país donde todos cabemos, mujeres y hombres, de la capital y de las regiones».
En una evidente alusión al último discurso del presidente Salvador Allende poco antes de inmolarse en La Moneda, señaló que «mi compromiso como gobernante de Chile será «recorrer junto a ustedes un tramo más de esta gran Alameda de libertad que hemos venido abriendo».
La elección de Bachelet como primera mujer que dirigirá los destinos del país marcó el fin de una larga, costosa y sucia campaña electoral donde estuvieron ausentes propuestas novedosas para enfrentar los principales problemas que agobian al país.
De ellos, la desigualdad social, el desempleo, el crecimiento de la delincuencia, el desamparo de los pueblos originarios, la pensiones de miseria, la falta de recursos para la educación y la salud entre otros, serán los principales retos de la nueva inquilina de La Moneda.
Santiago de Chile, 16 de enero 2006
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