Expertos internacionales recomendaron repetir el último censo de población realizado en Chile, cuyas cifras quedaron en entredicho tras denuncias de manipulación.
El escándalo de los números se desató en abril último, luego de que una asesora del entonces director del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) revelara paso a paso cómo se fue materializando la manipulación de las cifras del Censo 2012, estudio que costó al país unos 35 millones de dólares.
Los especialistas, que analizaron el caso por encargo del propio INE, sugirieron repetir de manera abreviada el estudio, y que los datos arrojados en la medición de 2012 no sean utilizados en la aplicación de políticas públicas.
El actual director del INE, Juan Eduardo Coeymans, calificó de «muy radical» el consejo de la comisión de expertos, y dijo que representaba un «tsunami», por lo que consideró necesario buscar una segunda opinión foránea.
La comisión técnica concluyó que en el censo hubo un 9,3 por ciento de población que no fue considerada y recomendó que la nueva medición se realice en 2015, en un día feriado.
Los resultados del Censo 2012 fueron presentados en marzo último, pero poco después la ingeniera comercial Mariana Alcérreca, asesora del entonces director del INE, Francisco Labbé, denunció que éste le instruyó publicar que las personas censadas fueron 16 millones 600 mil, en vez de15 millones 800 mil.
De acuerdo con lo publicado, ello estuvo motivado por el deseo expreso de Labbé de presentar «el mejor censo de la historia de Chile», para lo cual debía exhibir una tasa de «omisión» (cantidad de gente a la que no se llegó) no superior al dos por ciento, pero ello derivó en una cadena de errores.
La Fiscalía instruyó a la Unidad de Alta Complejidad de la Fiscalía Metropolitana Centro Norte que iniciara la causa judicial, para investigar todos los aspectos relacionados con el caso, a causa del cual renunció Labbé.
Santiago de Chile, 8 de agosto 2013
Crónica Digital