A partir de febrero y por primera vez desde su construcción en 1808, el Palacio de la Real Audiencia, donde hoy existe el Museo Histórico Nacional de Chile, abrió al público La Torre ubicada entre la oficina de Correos y la Ilustre Municipalidad de Santiago.
A una altura equivalente a un sexto piso se tiene una vista privilegiada a la Plaza de Armas, hoy en plana remodelación.
En su torre se encuentra un reloj mecánico, que funciona con un sistema de engranajes coordinados entre sí, los que necesitan de una cuerda, accionada a través de una manivela para darse impulso y moverse sincronizadamente. Este mecanismo data del siglo X, y es anterior a la rueda de escape, mecanismo que fue atizado en los relojes del siglo XIX.
“El presidente Jorge Alessandri ordenó desactivar el reloj, ya que las campanas sonaban a cada 15 minutos”, señala la historiadora Belén Gallo.
En 1982 el Museo Histórico se trasladó al Palacio de La Real Audiencia y desde ese momento se trató de poner en marcha nuevamente el reloj de La Torre. “Llegaron experto de afuera y no pudieron con el reloj, hasta que en el 2005, el relojero chileno, José Robles lo hizo funcionar”, nos aclara Belén Gallo, mientras recorremos lo más alto de La Torre, donde se encuentra el corazón del reloj y lugar prohibido para los turistas.
“El acceso a este balcón era solo para las autoridades y en otros tiempos desde aquí se observaban el avance de las distintas obras arquitectónicas, se veía el Cerro Santa Lucía”, añade nuestra guía e historiadora.
Pero este edificio tiene una historia mucho más larga, ya que está instalado en parte del solar de propiedad de Pedro de Valdivia, tras su muerte parte de esas tierra fueron destinadas a la construcción de la residencia del Gobernador (hoy correos de Chile) y el edificio de La Real Audiencia en Santiago en 1609, Máximo Tribunal de Justicia. Los terremotos de 1647 y 1730 terminaron por derrumbar la estructura, pero finalmente se construyó el palacio de estilo neoclásico en albañilería de ladrillo entre 1804 y 1808.
El Palacio toma mayor relevancia en tiempos de la Independencia, ya que fue la sede del Primer Congreso Nacional en 1811, y la casa de Gobierno durante la Patria Vieja. En 1818 Bernardo O’higgins lo bautiza como “Palacio de la Independencia” desde esa fecha utilizado como la casa del presidente y sede de los ministerios de Estado. El 17 de abril de 1845, el presidente Manuel Bulnes emitió un decreto que ordenaba que el edificio de la Casa de Moneda de Santiago, diseñado por Joaquín Toesca a fines del siglo XVIII, fuera la casa de gobierno.
Posteriormente el Palacio de La Real Audiencia albergó entre 1847 y 1929 ala Intendencia de Santiago, para luego ser usado por el Servicio de Correos y Telégrafos hasta 1978.
Hoy podemos contemplar desde este histórico balcón y dar una mirada distinta y con historia a Nuestra Plaza de Armas.
Crónica Digital, 21 de marzo 2014