Primero que todo, el título va relacionado con las vueltas del fútbol, en el sentido que Chile se abraza por primera vez ante la selección española, en 11 partidos oficiales. También tiene que ver con la redención de nuestros muchachos, dándole a la palabra “Maracanazo” un sitio dulce y memorable en nuestra historia futbolística.
Este triunfo vale mucho más que 3 puntos, manifiesta un desahogo de pasiones reprimidas, tras los fracasos anteriores frente a los hispanos. Y en verdad, de todas las ocasiones en que nos tocó caer y sufrir la amargura que otorga el fútbol en algunas oportunidades. Sin duda, el partido que hizo nuestro elenco fue notable, salió a apretar en momentos precisos a los mejores poseedores del balón del orbe, y aprovechó excelentemente las llegadas profundas al pórtico defendido por el legendario Iker Casillas. Se vislumbraba una concentración nunca antes vista, se jugó con el apremio “ibérico”, y de la mejor forma, pues fuimos superados en la tenencia del balón; pero a diferencia de España, sí supimos que hacer con éste.
Rodeando los 20 minutos del primer tiempo, una recuperación por la banda derecha, el toque de Arturo Vidal logrando un túnel a Ramos, luego el tremendo pase entre líneas de Alexis Sánchez, quién dejó a dos hombres en chance de anotar, y la habilitación de Charles Aránguiz para que Eduardo Vargas sorteando a Casillas como lo hizo en Suiza el 2011, concretara una jugada colectiva más que impresionante. Soberbia. Exuberantemente buena. De ahí en adelante, tras el duro golpe dado al contrincante, Chile comenzó a cimentar una victoria que trasciende la historia, y rompe los mitos creados desde aquella derrota con estos mismos rivales hace 64 años en el mismo recinto. La “Roja”, hoy vestida de blanco, siguió aguantando la feble embestida española, y terminando el primer lapso, tras un buen tiro libre del “Niño Maravilla”, Casillas utilizó los puños y la pelota le quedó al “Príncipe”, quien con un remate de borde externo venció al arquero rival, quien ya iba volviendo al centro del arco. Golazo. No, Supergolazo. Tampoco, gol que quedará en nuestra memoria por los siglos de los siglos.
El 2-0 siempre es un resultado mentiroso, se te puede ir en collera el partido en instantes, el descuento que pareciera insignificante, te complica la vida, y revive la del rival. Pero dicha característica del resultado parcial, ni se apareció por los pastos de la segunda Catedral del Fútbol Mundial (la primera es Wembley). Era esperable que las llegadas de Iniesta, Santi Cazorla y Sergio Busquets, le pondrían un tono dramático al cotejo; pero se encontraron con el capitán Claudio Bravo, a quien defiendo a muerte. Otorga confianza, seguridad, valentía, ánimo; y fue determinante en las llegadas oponentes en el primer tiempo, antes de nuestras conquistas, como también en el segundo lapso, ahogando la esperanza de la “Madre Patria”, manifestada en el rostro de los jugadores en cancha, y de Vicente del Bosque.
Mención aparte tiene la línea defensiva, Medel como siempre nos dio su entrega y dedicación por la victoria; Jara y Silva cumplieron su rol tal como todos pensábamos. Mentira. Nos taparon la boca, a cada uno de los hinchas; y le agradezco a Dios que este deporte se hizo para enaltecer el esfuerzo de quienes menos esperamos. En el mediocampo, Díaz se equivocó poco, teniendo en cuenta que jugó al filo, presionado por varios jugadores españoles que podrían haber provocado un drama mayor al marcador. Aránguiz, sencillamente un crack. Es uno de los pilares de esta clasificación a 8vos de final, siendo uno de los que más kilómetros recorrió en la primera fecha, y hoy marcando su “pepa” y asistiendo para una; sumando a su jugada espectacular ante Australia que culminó con el gol de Sánchez. Isla y Mena lucharon constantemente por vía aérea o arrás de piso con las subidas de Jordi Alba y Azpilicueta respectivamente, y resultaron ganadores de dichos duelos, factor fundamental en las pocas creaciones de llegadas profundas en el área, casi todas las ocasiones rivales fueron remates de media distancia, a excepción del increíble gol perdido por Busquets, la aproximación de Costa, y el remate de Ramos contenido por la defensa en los descuentos. A Vidal y Sánchez los aplaudo, fueron al sacrificio de sus dotes más lucidos, en busca del funcionamiento colectivo. Corretearon a los mediocampistas hispanos en todo el partido, comandaron de buena forma los contragolpes provocados por el equipo, y se mostraron tranquilos e inteligentes a la hora de mover y transitar el balón por la custodia chilena; y lo más importante, nuevamente participaron en la gestión de los goles. Y por esto, Eduardo Vargas también tuvo un rol más que destacado, se mandó una definición propia de partidos de esta magnitud, y a pesar de que no brilló como en otros partidos, por la misma razón que los dos jugadores mencionados recién, abrió la senda del histórico triunfo que nos clasifica a la otra ronda y nos abre el apetito de gloria para lo que se viene.
El Maracaná se llenó de compatriotas que cantaron con más fuerza que nunca el himno nacional, que gritaron los goles como si fueran los únicos, que adhirieron nuevos hinchas al método del amateurismo que propone Jorge Sampaoli, quien con los cambios, enfrió un poco la arremetida ibérica, función que tuvo que realizar Felipe Gutiérrez y Jorge Valdivia. Los hinchas realizaron un carnaval en el estadio, formaron un ambiente que alentaría a cualquier jugador de fútbol, e hicieron presente su muestra de apoyo de manera multitudinaria ya vista en Cuiabá. Creo que la gente en el Pan de Azúcar, en Copa Cabana, y hasta el mismo Cristo Redentor se volteó para ver el jolgorio que las cerca de 40.000 almas criollas revoloteaban el recinto deportivo más importante de Brasil.
Ya estamos clasificados, ahora vamos por un desafío importantísimo, lograr el liderato del grupo más difícil del Mundial, seguir demostrando por qué clasificamos para esta cita, hacer ruido en Brasil mostrando que tuvimos temple, huevos, garra y corazón para eliminar nada más ni nada menos que al campeón europeo y mundial. Estos jugadores no saben cuan agradecido esta el pueblo futbolero chileno. La gente que hoy sufre, por ejemplo en Valparaíso, se olvida un momento de sus problemas, y logra idearse el hecho de que nos la podemos, y vamos en busca de más.
Hoy Renca, Puente Alto, Tocopilla, San Joaquín, Buin, y muchos lugares más de donde son oriundos nuestras estrellas, deben estar orgullosos de la gloria que ha conseguido nuestra escuadra.
Y estamos muy agradecidos del coraje que ha mostrado el cuerpo técnico, y esperamos ver lo mismo el próximo Lunes en Sao Paulo, porque hoy, sí, podemos ganarle a Holanda y quedarnos con el primer puesto. Es complicado, es difícil, pero no por eso se amainarán los deseos de nuestros muchachos y nosotros mismos: Ser campeones del mundo…
