Chile será sede jueves y viernes del II Foro Internacional Marca País, que analizará el perfil de identidad de 12 naciones empeñadas en promover las bondades de sus territorios.
El Centro Cultural Gabriela Mistral será escenario del encuentro que contará además con la participación de numerosos organismos públicos y privados, así como expertos internacionales en la materia.
De acuerdo con la Fundación Imagen Chile, en el evento tomarán parte delegados de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Honduras, Perú, Uruguay, Nueva Zelanda y Turquía, junto con el país anfitrión.
Turquía abordará su relación con América Latina y el Caribe y los desafíos que han debido enfrentar para obtener resultados de visibilidad exitosos.
Por su parte Nueva Zelanda expondrá sobre cómo su cultura originaria y la identidad Maorí se han consolidado como factor diferenciador en la esencia de Marca País.
Experiencias de gestión, la cultura, posicionamientos y estrategias digitales e imagen serán los cuatro pilares de los debates en los cuales hablarán delegados de Perú, Colombia, Argentina, Brasil, Uruguay, Ecuador y Chile.
También lo harán El Salvador, Costa Rica y Honduras de forma diferenciada en torno a los temas de deliberaciones.
Myriam Gómez, directora ejecutiva de Imagen de Chile, destacó la importancia de generar esta valiosa instancia de transferencia de conocimientos y aprendizajes, profundizando la enriquecedora experiencia lanzada en 2013 en Uruguay.
«Para nosotros la integración regional es clave, debemos avanzar en fortalecer la imagen de Chile, pero siempre presentándonos como parte de América Latina», comentó Gómez.
Por eso, justamente, es muy importante conocer y compartir nuestras experiencias y los procesos que se han implementado para alinear la marca país bajo un único mensaje, con el apoyo del sector público y privado, precisó.
El foro contará con las palabras de apertura del ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, quien a su vez preside el directorio de Imagen Chile, además del titular de Turismo de Uruguay, Benjamín Liberoff.
Santiago de Chile, 18 de noviembre 2014
Crónica Digital / PL
Mar Nov 18 , 2014
Desde que el mundo es mundo, a la delincuencia, se la combate… por eso nació la policía…. ¿y?, siguió la delincuencia, entonces, decidieron aumentar dotación, crecieron los delitos, en un acto de “retardo”, aumentaron las penas, ¿y?, hubo más delincuencia, entonces decidieron hacer movimientos simultáneos; mas dotación policial y legislación más dura, y claro, la delincuencia siguió escalando, en el camino, los recursos para educación compraron boleto a otro destino; cárceles, cuarteles policiales, tribunales, reformatorios, centros de rehabilitación. La “cultura” debiendo politizarse se fue “policitando” (llenando de policías)… y en el intertanto, la delincuencia continuo su senda sin fatiga. Esta descripción constata dos cuestiones relevantes: 1. Sí alguien pretende disminuir la delincuencia (como históricamente además la derecha chilena lo ha manifestado) con el espiral de: más policías, más cárceles, más tribunales, más policías, no hace otra cosa que aumentar las tasas, y, adicionalmente, incrementar la pobreza. Ese el costo por hacer un uso alternativo de recursos (inversión en represión y no en educación). La doctrina dominante en materias de criminalidad (acompañada -claro- de una tremenda campaña de marketing ideológico) es del todo, absolutamente del todo, falta de inteligencia, es expresión de “soluciones fáciles”, del desconocimiento total de las dinámicas de la historia, es quizás propia de personas simplonas que abren la ventana cuando comienza el incendio para que salga el humo, aumentando así el fuego. 2. ¿Por qué no observar los activos sociales en otras sociedades, con menor grado de delictualidad?, ¿Cuál es “fórmula secreta”? para contener la correlación… es simple: a menor grado de desigualdad, menor nivel delictual, a mayor acceso a la educación (igualitaria y bajo la responsabilidad fundamental del Estado) menor delictualidad. “Educación, más igualdad, más educación” es el espiral virtuoso que inhibe el espiral vicioso: “policías, más tribunales, más cárceles, más policías”… parece en extremo obvio, sin embargo, no está desprovisto de complejidad. El quid del asunto es que, siendo el Estado quién debe construir y promover la paz social, tiene la obligación de, dada la evidencia empírica (educación, más igualdad, igual círculo virtuoso), propender a la disminución de las brechas socioculturales, con la única herramienta efectiva: la educación. La educación es un “activo social”, a pesar de que algunos crean que es un bien de consumo. Es un activo social, en la medida que explica la validez del “acuerdo social”. Es significativo aceptar que en las creencias sobre el papel de la educación se juega también un ideal de democracia. La “renta” de la educación es distinta a la de los bienes de consumo, en Chile, la evaluación económica de los proyectos educacionales, incestuosamente en manos de privados, es desde las métricas del mercado (valor presente neto, tasa interna de retorno, renta sobre patrimonio, sobre ventas, etc.) obligando a generar excedentes de corto plazo, regla de mercado, a un activo (educación) que genera beneficios en el largo plazo y que son solo “lateralmente” económicos, la naturaleza de la renta en la educación es fundamentalmente social: la construcción dinámica y sucesiva de una mejor sociedad. Sorprende […]
