Varios diputados y voces dentro de la propia iglesia católica incrementaron las presiones para exigir la renuncia del obispo de Osorno, Chile, Juan Barros, por presuntos nexos con un oscuro expediente de pedofilia.
Barros fue nombrado recientemente por el Vaticano como obispo de Osorno, una atractiva comuna del sur chileno, en la región de Los Lagos, donde el escándalo tiene dividida a la población, dudosa de creer en las acusaciones o aceptar al prelado.
Sergio Aguiló, diputado y presidente del Partido Izquierda Ciudadana (IC), y sus colegas Karol Cariola (Partido Comunista) y Fidel Espinosa (Socialista), encabezaron al grupo de parlamentarios que protestó contra la designación de Barros.
En sus mesas de trabajo en el Congreso de Chile, los tres colocaron carteles en los cuales podía leerse «Barros su historia lo condena», «Osorno y Chilemerecen dignidad: No al obispo Barros» y «No a Barros como obispo de Osorno».
En un comunicado, la Congregación de los Sagrados Corazones solicitó la dimisión del obispo Juan Barros, a quien se vincula con el sacerdote Fernando Karadima, sancionado de por vida por el Vaticano ante acusaciones demostradas de pedofilia.
«El nombramiento de monseñor Juan Barros como obispo de Osorno nos ha dejado perplejos’, dijo abiertamente el Superior Provincial de la congregación, Alex Vigueras, en una nota editorial en la cual muestra su extrañeza por la designación.
Vigueras consideró que el nombramiento de Barros en la diócesis de Osorno no está en sintonía con la tolerancia cero que está queriendo instalar la Iglesia con la pedofilia.
El sacerdote recordó que Barros estuvo involucrado en diversas acusaciones de abusos sexuales que surgieron durante años contra Karadima.
De acuerdo con Juan Carlos Cruz, que entonces era seminarista, el padre Barros observaba todas las escenas de besos y manoseo que les hacía Karadima a él y a otro adolescente.
Cruz ha reiterado sus acusaciones a través de la Asociación de Corresponsales Extranjeros en Chile.
El obispo Barros, negó rotundamente las acusaciones en su contra y reiteró que «jamás tuve conocimiento de alguna denuncia respecto del sacerdote Karadima».
Sin embargo, las llamaradas alrededor del caso no terminan y hasta un vocero de la Conferencia Episcopal dijo que Barros podía renunciar o el Vaticano revocar la designación, aunque prefirió no tomar partido en el asunto.
De forma paralela, el Senado de Chile decidió revocarle la nacionalidad al sacerdote John O´Reilly, de origen irlandés, condenado por abuso de una menor en 2014.
Algunos senadores argumentaron que es «una ofensa para el país mantener a un extranjero de su calaña con el mayor renombre que se le puede dar a nivel nacional», luego de cometer «uno de los crímenes más bajos que existen».
Santiago de Chile, 19 de marzo 2015
Crónica Digital/ PL
curas casados y evitaran los odios,…… Si Dios no les va a negar la entrada al lado de el pero, si siguen así ……….no llegaran sino se irán al fondo del hoyo de los lamentos…… BUENA SUERTE
CURITAS