Lisboa. El 44,38 por ciento de los llamados hoy a urnas en las elecciones legislativas de Portugal ejerció el voto antes de las 16:00, hora local, según un reporte oficial a solo tres horas del cierre de los colegios.
De los casi 9,7 millones de convocados, algo más cuatro acudieron ya a las 11 mil 800 mesas distribuidas en todo el territorio nacional con el propósito de seleccionar los 230 integrantes de la Asamblea de la República, de lo que dependerá el gobierno para los próximos cuatro años.
Los principales dirigentes del país votaron en la mañana, incluido el presidente, Anibal Cavaco Silva.
El primer ministro, Pedro Passos Coelho, depositó su su sufragio en un colegio electoral situado en las afueras de esta capital, y señaló que hoy es una jornada de esperanza.
Passos Coelho lidera la coalición conservadora en el poder integrada por su Partido Socialdemócrata y el Centro Democrático Social-Partido Popular, la cual aparece en las encuestas previas como favorita para ganar con un apoyo estimado en 35 por ciento, aunque podría perder la mayoría parlamentaria.
En declaraciones a periodistas, el político se refirió al fenómeno de la abstención y la consideró «mayor de lo que desearíamos», una tendencia que «espero en estas elecciones pueda cambiar», añadió, aunque los sondeos daban un alto por ciento de indecisos.
El líder de la oposición socialista, Antonio Costa, también ejerció el voto y se mostró confiado en los resultados de su partido, que las encuestas sitúan en segundo lugar, con alrededor de 32 por ciento.
En tercer lugar, con 10 por ciento, aparece la Coalición Democrática Unitaria (formada por comunistas y verdes), cuyo líder, el comunista Jerónimo de Sousa, acudió a urnas en una localidad cercana a esta capital.
Al hablar con la prensa, estimó que los comicios son determinantes para la vida política nacional de los próximos años.
Estas son las primeras elecciones nacionales desde que Portugal recibió en 2011 un rescate financiero por parte de acreedores internacionales, a cambio del cual debió aplicar medidas de austeridad que implicaron grandes recortes.
El gobierno de Passos Coelho llevó adelante el programa, consiguió saldar los compromisos con los prestamistas y logró poner fin al pacto.
No obstante, la población debió soportar la carga que significó un aumento notable del desempleo, la caída drástica de los salarios y pensiones, así como el deterioro de las ayudas sociales provistas por el Estado.
Fuente: Prensa Latina
Crónica Digital
Santiago de Chile 4 de octubre 2015