El actor chileno Alfredo Castro llega al Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano con dos cintas que lo hicieron desdoblarse en papeles opuestos: un cura pederasta y un hombre maduro con secuelas de abuso infantil.
Bajo la dirección de Pablo Larraín, Castro asume en El Club una de las filias que más lo aterran y conmueven como ser humano, dijo a Prensa Latina.
Para mi la pedofilia es incomprensible, no entiendo cómo algunos pueden abusar de un menor, expresó sobre su actuación en la piel del controvertido Padre Vidal.
«Este personaje fue todo un desafío, me colocó en un lugar ético muy complicado porque el cura Vidal defiende un poco esa práctica, pero encarar tales retos es precisamente el papel de un actor», consideró.
Junto a Larraín he trabajo en cinco películas, aunque esta fue sin dudas las más «guerrillera» pues puso a ocho personas durante tres semanas seguidas a rodar en una casa en la playa apartada del mundo, contó Castro.
«El equipo técnico era muy reducido, nos vestíamos nosotros mismos, nos maquillábamos nosotros mismos y debo confesarlo: este estilo me gusta más que el de las megaproducciones. Donde hay pasión, amor, locura, invención… ahí suceden las cosas más lindas».
El otro largometraje que trae Alfredo Castro al festival habanero de cine es Desde allá, del joven director venezolano Lorenzo Vigas.
En ese filme interpreta a un hombre que hace prótesis dentales y fue abusado por su padre cuando era pequeño, es decir, «me sitúo al otro lado del problema», sostuvo. A su entender, esta no es una película gay ni de abusos, sino una cinta del gran amor entre dos hombres: parte de una historia sórdida y al final, da un giro y se convierte en algo precioso.
«Fue una experiencia maravillosa y de un rigor muy fuerte, tuve que adentrarme en un mundo muy diferente, de violencia y aprender el lenguaje de los chicos en las calles, pues ellos fueron los actores».
Al principio me costaba mucho entender su «dialecto» y también, tomar el acento de los venezolanos, pero logré llegar a un tono neutro con algunos giros locales propios del caraqueño.
«Tenemos que ir acostumbrándonos a que ya no hay producciones solo de un país, ahora corresponde un momento de integración», apuntó.
Alfredo Castro confesó que le gusta mucho La Habana y está entusiasmado con su participación en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
«Estoy tremendamente feliz por la cantidad de películas que puedo ver y toda la gente que estoy conociendo», agregó.
Desde allá llega a la cita en La Habana con un León de Oro del Festival de Venecia y ahora, compite en el apartado de óperas primas. Mientras El club, de la sección en concurso de largometrajes de ficción, ganó un Oso de Plata en Berlín y fue seleccionado para representar a Chile en la carrera por los premios Oscar.
La Habana, 6 de diciembre 2015
Crónica Digital / PL