Choferes de autobuses en esta capital realizan hoy un paro parcial del transporte ante la violencia de las barras bravas, pertenecientes a los populares clubes de fútbol Colo Colo y Universidad de Chile.
De acuerdo con fuentes del gremio de transportistas, alrededor del 40 por ciento de los buses dejaron de funcionar, sobre todo en el circuito cercano al Estadio Nacional, donde se jugará el llamado clásico del balompié local.
A pesar de los intentos de las autoridades de la principal urbe chilena de controlar la situación y evitar disturbios y destrozos, ya desde el viernes pasado comenzó a caldearse el ambiente.
El intendente (gobernador) de Santiago, Claudio Orrego, reconoció una disminución del recorrido de los buses por la ciudad, como consecuencia de la actitud agresiva de las barras bravas.
Los mal denominados hinchas extremos abordan los autobuses sin pagar pasaje, amenazan a los pasajeros y provocan severos daños a los vehículos.
Miguel Matus, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores del Transporte (Fenamet), dijo a la prensa que este domingo no salieron a trabajar más de mil 500 autobuses.
«Estamos aburridos. Llevamos años hablando con las autoridades y siempre pasa lo mismo», admitió con amargura.
Además de los disturbios protagonizados el viernes por hinchas de Universidad de Chile, ayer tocó el turno en este negativo capítulo a los de Colo Colo, que dejaron a cuatro buses dañados, con 23 detenidos.
No obstante existir una ley de Estadio Seguro contra la violencia, instaurada en la administración de Sebastián Piñera y reforzada el pasado año por el Gobierno de Michelle Bachelet, el asunto parece todavía lejos de resolverse.
Son habituales las batallas difundidas por la televisión en las instalaciones deportivas dentro de la liga nacional.
Santiago de Chile, 20 de marzo 2016
Crónica Digital / PL