La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, encabezó hoy el cierre de los funerales del político democristiano Patricio Aylwin, homenajeado durante tres días con honores de jefe de Estado.
Bachelet asistió junto a su gabinete ministerial a la misa de exequias en la Catedral Metropolitana y luego pronunció palabras de despedida en el Cementerio General, a donde el féretro fue acompañado por miles de personas.
Aylwin fue el primer presidente de Chile en democracia tras 17 años de sangrienta dictadura de Augusto Pinochet y aunque su figura resultó controversial en algunos momentos, es considerado un político que supo lograr la concertación en el país austral.
Su figura encarna la recuperación de la democracia en Chile, destacó Bachelet en el sepelio en la Plazoleta de la Paz del camposanto principal de esta capital.
Abogado de profesión, destacado miembro de la democracia cristiana, Aylwin murió el pasado martes a los 97 años por causas naturales, un hombre reconocido por su papel en la transición hacia la democracia después de la dictadura.
Dentro del respeto por su deceso, no pocos historiadores y políticos chilenos remarcaron también la postura de Aylwin, contraria al derrocado gobierno de Salvador Allende y sus frases a favor de la asonada golpista.
El joven parlamentario Gabriel Boric declaró que si tuviera que definir en una sola palabra a Aylwin, «diría que fue un personaje contradictorio. Contradictorio porque promovió el golpe de Estado del 11 de Septiembre y una vez consumado este, lo justificó sin ambages (…)», aseguró.
Como también fue promotor de la recuperación de la democracia una vez consolidada la dictadura, más extensa y más brutal de lo que cualquiera se hubiera imaginado en los tensos días de 1973, añadió Boric.
Por su parte, el exministro de Educación Jorge Arrate, anotó que no calificaría de golpista a Patricio Aylwin, «pero creo que su comportamiento en ese momento, representando a la mayoría de su partido, facilitó el golpe militar».
Santiago de Chile, 22 de abril 2016
Crónica Digital