El gobierno de Bolivia pide hoy a Chile agilizar las operaciones dirigidas a desminar la frontera, un tema que contribuirá a la seguridad y tranquilidad de ambas naciones.
En ese sentido, el ministro boliviano de Defensa, Reymi Ferreira, explicó que ante las dudas sobre el cumplimiento del segundo plazo para el desminado, Chile debe fijar una fecha definitiva para la finalización de esa tarea.
Al mismo tiempo -enfatizó Ferreira- el país vecino debe asumir un compromiso formal para no volver a sembrar explosivos antipersonales en el futuro.
Este proceso va lento, lo que hace presumir que Chile incumplirá nuevamente el plazo fijado por la Convención de Ottawa hasta el 2020 y pedirá otra vez una prórroga, afirmó la autoridad en declaraciones a la emisora Red Patria Nueva.
La Convención de Ottawa establece que «cada Estado parte se compromete a destruir, o a asegurar la destrucción de todas las minas antipersonales colocadas en las zonas minadas que estén bajo su jurisdicción o control, lo antes posible, y a más tardar en un plazo de 10 años, a partir de la entrada en vigor de esta Convención».
El primer plazo venció el 2012 y fue ampliado hasta el 2020.
En la dictadura del presidente, Augusto Pinochet, fueron sembradas minas en la frontera de Chile con países como Bolivia.
Ferreira demandó a la administración de la mandataria chilena, Michelle Bachelet, información sobre la ubicación y cantidad de minas sembradas.
«Para nosotros es vital el conocer dónde se encuentran las minas, cuál es su plan de desminado y saber la cantidad exacta que queda», recalcó.
De acuerdo a la información del ministerio de Defensa de 2014, fueron desactivadas 25 por ciento de las minas, aunque Chile aseguró que el avance es de 69 por ciento.
«No nos consta, porque no tenemos forma de comprobar eso, pero por datos que tenemos, el trabajo de desminado es lento y en algunas partes está totalmente paralizado», lamentó Ferreira.
Recientemente, el presidente de Bolivia, Evo Morales, exhortó al gobierno chileno a desminar la frontera con Bolivia y reiteró que Bolivia no busca el odio, ni contempla la agresividad en su política exterior, pues solo desea -sobre la base del respeto a sus derechos- una buena vecindad y hermandad.
La Paz, 30 de junio 2016
Crónica Digital / PL