Aunque el problema sea leve, es suficiente para reducir la expectativa de vida de una persona y causarle trastornos psicológicos y sociales, señalaron los autores en un artículo publicado en PLOS Medicine.
En tal sentido, analizaron la evolución del grupo con la de sus hermanos sin lesiones hasta los 41 años (o hasta los 34 en por lo menos la mitad de los casos).
Los resultados arrojaron que los participantes que tuvieron una lesión cerebral eran un 40 por ciento más propensos a morir durante el período que duró el estudio que sus hermanos sin lesiones.
También, tenían un 31 por ciento más posibilidad de necesitar tratamiento psiquiátrico ambulatorio y el 57 de requerir tratamiento psiquiátrico.
Socialmente, eran un 19 por ciento más vulnerable a depender de subsidios y un 28 a tener una educación formal limitada.
En tal sentido, la autora principal, Seena Fazel, especialista en psiquiatría forense de la Universidad de Oxford, Reino Unido, consideró que si se conocen estos riesgos, la población afectada podría manejarlos mejor.
Además, contar con la ayuda de amigos, familiares y servicios médicos y sociales, comentó.
El equipo de Fazel subrayó que en el mundo, los traumatismos de cráneo son la principal causa de muerte y discapacidad en seres menores de 45 años.
Washington, 29 agosto 2016
Crónica Digital / PL
