De esta manera pudieron percatarse de que los suelos han disminuido la capacidad para absorber carbono en los últimos decenios.
Esto significa que tenemos que ser aún más proactivos en la búsqueda de formas de reducir las emisiones de combustibles fósiles, para limitar la magnitud y el impacto del calentamiento climático, explicó el autor principal de la indagación, James Randerson.
Según explican los expertos, en un artículo publicado en la revista Science, con la fotosíntesis, las plantas absorben CO2 del aire, cuando los árboles y la vegetación mueren y se descomponen y se convierten en parte del suelo, bloquean carbono sobre o bajo la superficie de la Tierra.
Ello permite que el CO2 se mantenga fuera de la atmósfera, donde contribuye al calentamiento global.
Sin embargo, con la emisión de los gases de efecto invernadero, este proceso, que se desarrolla en décadas, será más lento, es decir, a través milenios o siglos.
Por lo tanto, habrá que esperar menos secuestro de carbono en la Tierra en el siglo XXI que la que sugieren los modelos actuales, añadió Randerson.
Ante esta problemática el profesor de Ecología en Irvine, Steven Allison, concluyó que el planeta está acostumbrado a adicionar determinadas cantidades de carbono a la atmósfera, pero la acción del hombre ha desacelerado el ritmo de procesamiento de las sustancias tóxicas y la capacidad del planeta para integrarlas.
Washington, 23 septiembre 2016
Crónica Digital / PL