«Estoy muy contento porque este proyecto que presentamos junto a otros diputados como María José Hoffmann y que traslada para el 1 de junio la tradicional Cuenta Pública que realiza la Presidenta de la República, está viendo la luz verde», manifestó el diputado Ramón Farías, presidente de la Comisión de Cultura y creador del proyecto que hoy fue aprobado y despachado, por unanimidad, por la Comisión de Constitución de la Cámara Baja.
Asimismo señaló que «estamos más cerca de concretarlo, por eso hago un llamado para que, ojalá esta semana, ingrese a la sala para ser discutido y aprobado con el fin de realizar la modificación a partir de este año».
«Valparaíso se merece este cambio, la Armada se merece este cambio, ya que esta modificación permitirá realizar la ceremonia de las Glorias Navales tal como se merecen y, a su vez, la Presidenta podrá tener el tiempo y tranquilidad de realizar la Cuenta Pública sin la premura de tener que correr para asistir al acto», indicó el diputado.
Para este proyecto, que contó con el patrocinio del ejecutivo, la Comisión de Cultura recibió a representantes de todos los sectores, incluyendo al Alcalde de Valparaíso Jorge Sharp, quienes estuvieron de acuerdo con lo propuesto en el proyecto con el objeto de rescatar la tradición porteña de ser un participante activo de esta conmemoración.
Santiago de Chile, 25 de enero 2017
Crónica Digital
Mié Ene 25 , 2017
Con Donald Trump en la Casa Blanca no podemos caer en el pecado de ser ingenuos. Sus palabras inaugurales revelan objetivos estratégicos a escala global y propósitos que marcan una política exterior más allá de una mera reafirmación del rol hegemónico imperial tradicional, sino que avanzan en el desconocimiento de acuerdos hasta ahora alcanzados y ratificados en el Derecho Internacional y entran en contradicción con el orden económico y político institucional, la paz y la seguridad internacional alcanzados a un difícil precio de compromisos, avances y retrocesos. Ya no se trata de argumentos elementales para conquistar votos, sino de los anuncios que marcarán su accionar al mando de la potencia imperial, de sus objetivos, de su manera de ver su país y al mundo y la “misión providencial” que estima aprobada por su Dios. En los breves 16 minutos de su mensaje a los estadounidenses entregó una visión plañidera y apocalíptica de las “debilidades”, indefensión, vulnerabilidades, de la decadencia de Estados Unidos, consecuencia, según su discurso, de las elites radicadas en Washington, de los políticos y poderes económicos, todo lo cual, enfatizó, cambiará drásticamente, “con la ayuda de Dios”, naturalmente. La utilización del “ellos” y del “nosotros” fue el mecanismo para la caricatura simplificadora, donde “ellos” son los poderes del “establishment” y el “nosotros” ( Trump, uno de los magnates mas adinerados entre estos), son los trabajadores cesantes, la clase media empobrecida, las victimas del narcotráfico, las personas objeto de la violencia callejera, las empresas quebradas. El parecido al discurso de Adolf Hitler, al proclamar como su objetivo el renacimiento de Alemania, tras la derrota en la Primera Guerra Mundial, y la denuncia de la política de las Grandes Potencias ( el Tratado de Versalles -28 junio 1919-, en particular que fue su caballo de batalla argumental) que habría estado destinada a hundirla en el desastre económico, e impedir su “grandeza”, no parece una mera coincidencia, al mismo tiempo que constituya una elocuente advertencia para el mundo. Hitler las elecciones en los años 30 del siglo recién pasado, encabezando un movimiento, el nacional socialismo, proclamando su confrontación a los capitalistas y oligarquías germanas y los judíos, cómplices de la derrota alemana de la época. Palabras más, palabras menos, incluso los identifica la procacidad y un histrionismo de caricatura, el recurrir a una lógica primitiva, a la apelación a los sentimientos básicos de la inseguridad, del revanchismo, al afán de venganza contra grupos indeterminados, con una demagogia eficaz y vociferante. Conviene ( se trata de una advertencia!) ver la historia y aprender el cómo desde la tribuna electoral se construyó un monstruo que precipitó al mundo en la Segunda Guerra Mundial, con sus horrores y barbarie. “Hagamos que Estados Unidos sea un país grande otra vez” (“Make America Great again”), es la consigna de batalla del nuevo gobierno instalado en Washington. Trump dijo en el discurso inaugural de su gobierno, “durante demasiadas décadas hemos enriquecido a la industria extranjera a costa de la industria estadounidense, hemos subsidiado los ejércitos de otros […]