Por otra parte, indicó que el momento en que el hombre supera el límite de los recursos terrestres llega cada vez más temprano todos los años, pues en 2016 el Día de la sobrecapacidad ocurrió el 3 de agosto.
La ONG reconoció que si bien el ritmo de progresión se redujo un poco en los últimos seis años, esta fecha simbólica continúa avanzando de manera inexorable.
‘Este día pasó de fines de septiembre en 1997 al 2 de agosto en este año’, sentenció.
Vivir a crédito sólo puede ser algo provisional porque la naturaleza no cuenta con un yacimiento del para proveernos indefinidamente, afirmó el comunicado.
Añadió que el costo de este sobreconsumo ya es visible con problemas como la escasez de agua, desertificación, erosión de los suelos, caída de la productividad agrícola y de las reservas de peces, deforestación, y desaparición de especies.
Global Footprint recalcula cada año la fecha del Día de la sobrecapacidad desde que el denominado ‘déficit ecológico’ comenzó a profundizarse, a inicios de la década de 1970.
Para tales estimaciones, relaciona la huella carbono, los recursos consumidos por la pesca, la ganadería, los cultivos, la construcción y la utilización del agua.
Ginebra, 2 de agosto 2017
Crónica Digital /PL