En el centro comercial Walmart del Paso, Texas, ocurrió el pasado fin de semana la mayor masacre perpetrada en EE UU en casi dos años. Patrick Wood Crusius mató a 22 personas y dejó heridas a otras 24. Sus víctimas van de los dos a los 82 años de edad e incluyen a mexicanos, incluida una niña de 10 años. El terrorista habría expuesto sus motivaciones en un manifiesto que, según las autoridades, habría colgado en Internet antes de la matanza. Se titulaba “La verdad inconveniente”. Era un supremacista blanco.
El manifiesto racista hablaba de una “invasión hispana de Texas”, asumiendo como propia la teoría de “la gran sustitución”, formulada por el francés Renaud Camus, en referencia a un supuesto plan conspirativo de las élites mundiales para sustituir a la población blanca por inmigrantes de África y Asia. “Le Grand Remplacement” es precisamente el título de una de sus obras. Camus es simpatizante del Frente Nacional de Francia y en su país se ha hecho notorio por su lucha contra la inmigración, fenómeno al que califica de invasión y colonización. Ha sido llevado ante los tribunales, acusado de “incitación al odio racial” y a la “discriminación”.
Según quienes propugnan estas ideas, se trataría de un proceso de “limpieza étnica” por medio del reemplazo de los blancos por poblaciones no blancas, lo que implicaría una transformación civilizatoria. Camus ha señalado que la inmigración, sumada a las altas tasas de nacimiento de los hijos de inmigrantes negros o árabes, hará que en décadas las ahora “minorías” se conviertan en mayoritarias en el territorio europeo.
“La gran sustitución” era, precisamente, el título del manifiesto del terrorista australiano Brenan Tarrant, que mató a 51 personas en Nueva Zelanda en marzo pasado. El texto atribuido ahora a Patrick Wood comienza, precisamente, apoyando a Tarrant.
El texto está lleno de odio hacia los inmigrantes y los hispanos. “Los hispanos tomarán el control de los gobiernos local y estatal de mi amado Texas”, señala. “Si podemos librarnos de la suficiente cantidad de gente nuestro modo de vida será más sostenible”, agrega. De la misma forma, subraya que “estoy sencillamente defendiendo a mi país del reemplazo cultural y étnico producto de una invasión». Concluía que “los medios pacíficos para acabar con esto resultan imposibles”.
El “New York Times” anotó que estamos frente a un fenómeno más global, pues durante los últimos meses “desde Nueva Zelanda hasta Pittsburgh y hasta una sinagoga en Poway, California, hombres blancos resentidos han encarado asesinatos en masa para manifestar su odio a inmigrantes, judíos y otras personas a las que ven como una amenaza para la raza blanca”. Un trabajo en el diario “El Mundo” de España revisó las características del terrorismo supremacista. Señaló que “el objetivo de este terrorismo es luchar contra la diversidad social y cultural occidental. Las víctimas son esencialmente emigrantes, minorías étnicas, comunidades religiosas no cristianas y el colectivo LGTBI”.
El texto de Patrick Wood contenía también referencias a la política local estadounidense. Señala que el Partido Demócrata sostiene una estrategia para dominar el país gracias a la creciente población hispana, lo que “nos convertirá en un bastión de los demócratas”.
A raíz de los hechos, desde las filas del Partido Demócrata emergieron críticas al discurso del Presidente Donald Trump, por generar condiciones favorables para la emergencia del supremacismo blanco. El senador Bernie Sanders lo instó a “parar con su retórica de odio, racista y antiinmigrantes. Su lenguaje crea un clima que envalentona a los extremistas violentos”.
Por su parte, el ex Vicepresidente y actual precandidato Joe Biden planteó que “todos tenemos una responsabilidad de declarar con convicción que el odio, el fanatismo y el supremacismo blanco no tienen lugar en América (…) ideología avalada por un Presidente que aviva las llamas del odio y mima a los supremacistas blancos con palabras de apoyo”. El senador Cory Booker apuntó a la responsabilidad de Trump, por hablar de “invasiones” y “países de mierda”: señaló que “ese tipo de cosas que salen de su boca dañan el tejido moral de nuestro país”.
Por Víctor Osorio. El autor es periodista.
Santiago, 5 de agosto 2019.
Crónica Digital.