El Partido de los Trabajadores (PT) calificó de “espectáculo deprimente, que cubrió de vergüenza al pueblo brasileño”, el discurso pronunciado por el Presidente Jair Bolsonaro ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
“Brasil no merece ser y no está verdaderamente representado por el simulacro de líder que ocupó la galería de la Asamblea General en esta mañana infame”, indica el PT en una nota firmada por su presidenta, Gleisi Hoffmann, y los líderes de bancadas de la organización política, Paulo Pimenta en Diputados, y Humberto Costa en el Senado.
Para el PT, Bolsonaro mostró en la ONU “toda su incompatibilidad con la democracia, el multilateralismo, los derechos universales, con la idea misma de la civilización. Ha demostrado crudamente quién es, la tragedia que significa para Brasil y la amenaza que representa para América Latina y el planeta”.
La comunicación señala que los líderes mundiales testificaron que Brasil “ha caído en manos de un Gobierno que se aísla, practica la hostilidad y se ofrece servil a Estados Unidos”.
El mundo ha aprendido que el Presidente brasileño “miente descaradamente sobre el Amazonas, sobre los nativos y sobre sí mismo. Y que Bolsonaro también arroja su odio virulento contra la oposición interna, dirigiendo al PT las mentiras delirantes que existen solo en su visión falaz del proceso político”, apunta el escrito.
Recuerda que el PT tuvo el honor y la responsabilidad de llevar a dos Presidentes a la ONU y ambos (Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff) “proclamaron en la Asamblea General los valores de la paz, el diálogo entre pueblos y países, la cooperación para el desarrollo con justicia social y la preservación de la democracia y el medio ambiente”. De igual manera, abogaron por reformas justas en el orden mundial del comercio, las relaciones económicas, la seguridad. Se hicieron respetar e hicieron crecer el respeto por Brasil, asevera el texto.
Agrega que “un país que alguna vez tuvo un Presidente aclamado por la ONU por decir que luchar contra el hambre y la pobreza es el verdadero camino hacia la paz, y saber cómo recorrer ese camino, también superará esta vergonzosa pesadilla”.
En tanto, la organización no gubernamental ambientalista Greenpeace calificó de farsa la defensa de la Amazonia que hizo Bolsonaro. “La arenga del Presidente sobre el medio ambiente fue una farsa. Bolsonaro intentó convencer al mundo de que protege a la Amazonia, al tiempo que promovió el desmantelamiento del área socioambiental, negoció tierras indígenas con mineros extranjeros y debilitó la lucha contra el crimen forestal”, afirma Marcio Astrini, coordinador de políticas públicas de Greenpeace.
En su discurso ante los 192 países miembros de la ONU, el mandatario de extrema derecha insistió en la idea de que la crisis amazónica está contaminada por intereses económicos extranjeros, además de negar los recientes incendios forestales, aunque él mismo envió tropas militares para ayudar a combatir el fuego.
“Bajo su gestión, la quema, la deforestación y la violencia han aumentado en forma escandalosa. Para el bosque y su población, Bolsonaro es un problema, no la solución”, agrega Astrini.
Por su parte, el Fondo Mundial para la Naturaleza Apartado Brasil (WWF, por sus siglas en inglés) estimó que el discurso de Bolsonaro fue contra el espíritu de colaboración de la ONU y acentúo el “divisionismo y la polarización, al apuntar a enemigos imaginarios y no reconociendo los problemas apremiantes de Brasil, así como su responsabilidad como presidente para resolverlos”.
La ONG afirma que los datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial muestran una tendencia hacia una mayor deforestación en la Amazonia y los incendios en la zona. “Es una pena que este Gobierno no entienda la importancia de terminar con la deforestación en el país para proteger el futuro, incluida nuestra agricultura, que hoy alimenta al mundo y depende de la lluvia enviada por la selva amazónica para existir y seguir”, indica WWF.
Lamentó también el hecho de que Bolsonaro no mencionó el Acuerdo de París ni expresó preocupación por el tema climático.
El Observatorio del Clima, una red que agrupa a entidades de la sociedad civil, consideró por otro lado como un “ecocidio” (destruir el medio ambiente natural) el discurso de Bolsonaro y que el exmilitar “avergonzó a Brasil en el extranjero al abdicar del liderazgo ambiental tradicional del país en nombre de su ideología”.
Para la WWF, la postura del excapitán del Ejército acentúa la preocupación internacional y de los mercados sobre la capacidad de Brasil para proteger la Amazonía y contribuir con la reducción de los efectos de los cambios climáticos.
Por su parte, el Consejo Indigenista Misionero (CIMI) manifestó solidaridad con los pueblos originarios de Brasil ante el agresivo discurso pronunciado por Bolsonaro. “Expresamos nuestro desagravio especial al líder Roani Metuktire Kaiapó, quien tuvo su dignidad humana ofendida internacionalmente por Bolsonaro”, indica una nota de CIMI.
Refiere que al tratar a Kaiapó y a otros líderes aborígenes como manipulables, Bolsonaro “exhala sus prejuicios, sentimientos y racismo basados en la falta de conocimiento sobre los pueblos indígenas en Brasil o su mala fe en el tema”.
Alerta el consejo que la agresividad en las alocuciones del excapitán del Ejército y los miembros de su Gobierno sirven “como combustible para la violencia cometida contra los territorios y la vida de los pueblos originarios, primeros ciudadanos de nuestro querido Brasil”.
Partidario de la explotación económica de la Amazonia, Bolsonaro volvió a defender la soberanía sobre ese territorio en su provocador discurso en el foro de la ONU. Hizo alusión a los nativos y apuntó que en ocasiones líderes indígenas como el cacique Raoni, uno de los más influyentes dentro y fuera de Brasil, serían manipulados por Gobiernos extranjeros.
Naciones Unidas, 24 de septiembre 2019.
Crónica Digital / Prensa Latina.